Más de 5.000 personas vendimiarán en Rías Baixas por hasta 10 euros la hora

Bodegas y viticultores tienen dificultades para encontrar temporeros que quieran trabajar con contrato u El adelanto de la vendimia permite recurrir a estudiantes

Anxo Martínez

Más de 5.000 personas participarán en la vendimia de la denominación de origen Rías Baixas, que empezó a mediados de esta semana y que concluirá bien entrada la segunda quincena del mes de septiembre. Muchos de estos vendimiadores serán temporeros contratados por las bodegas o los viticultores, ya sea de forma directa o a través de empresas de trabajo temporal. Los sueldos son muy heterogéneos.

En el caso de las cuadrillas encargadas de recolectar la uva, cobrarán entre 6 y 8,50 euros la hora, mientras que el personal de bodega puede percibir unos 10 euros la hora. En su caso, ganan más porque desempeñan un trabajo físicamente más duro y arriesgado —manipulan pesos durante mucho tiempo— y porque sus jornadas terminan a menudo de madrugada.

Bodegueros y viticultores coinciden un año más en que resulta difícil completar las cuadrillas. Una de las razones que esgrimen es que al tratarse de un trabajo de pocos días o semanas, muchos perceptores de subsidios o ayudas sociales declinan trabajar en la vendimia con contrato. Sin embargo, en el sector confían en que la situación no sea tan desesperada este año gracias a que la cosecha empezará relativamente temprano. A partir del 4 de septiembre la práctica totalidad de Rías Baixas estará ya en el campo, y las actividad lectiva en las tres universidades gallegas empieza el 11. “Para entonces la vendimia ya tiene que estar muy avanzada, así que confiamos en ese pequeño colchón de tiempo que hay hasta que empiecen las clases”, afirma Fernando Crusat, presidente de la Agrupación Profesional de Viticultores Rías Baixas.

Leonor Muñiz, administrativa de Rectoral do Umia, ha confiado el proceso de contratación de personal a una empresa de trabajo temporal, pero es perfectamente conocedora de lo difícil que es encontrar personal con un mínimo de experiencia en vendimia. “Los viticultores nos transmiten que les resulta muy complicado encontrar gente para vendimiar y siempre nos piden que les avisemos de la fecha de inicio de campaña con mucha antelación para que les dé tiempo a buscar gente”, afirma Muñiz.

¿Es duro el trabajo en la vendimia? Leonor Muñiz señala que en el caso de los temporeros que cortan en el campo, lo peor es que echan muchas horas en una postura corporal forzada, bajo los emparrados, pero tienen a su favor que es una labor menos monótona y más entretenida al ser más grupal. En el caso del personal de bodega, su principal inconveniente es que deben levantar, transportar y voltear cada día decenas de cajas cargadas con uva, de entre 17 y 23 kilos de peso.

En Rectoral do Umia, una bodega asentada en Cabanelas (Ribadumia) que forma parte del grupo Bodegas Gallegas dividen su personal de bodega en grupos, y los turnan en las funciones, para evitar que sean siempre los mismos los encargados del despalillado de los palés de uva que llegan por la noche en camiones desde otras subzonas. Esta es la tarea más dura e ingrata, pues debe realizarse toda a mano.

La dificultad para encontrar temporeros no es nada nuevo. En Francia, las vendimias son posibles gracias a las cuadrillas de trabajadores extranjero pero esa fórmula sería inviable en Rías Baixas por las reducidas dimensiones del viñedo. A pesar de todo, en el sector se ha hablado en más de una ocasión de instar a la Xunta a que les eche una mano para tramitar la llegada de trabajadores foráneos para la campaña.

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