Las extraescolares, vía para conciliar y socializar

Los padres las usan como “guardería”, pero bien elegidas y sin excesos son beneficiosas para los niños

adriana quesada

Las actividades extraescolares son todas aquellas que se llevan a cabo fuera del horario lectivo de los niños y que, por lo tanto, escogen realizar de forma voluntaria. En los colegios de Galicia, estas actividades se realizan por las tardes y versan sobre distintos tipos de materias: arte, deporte, tecnología, idiomas...

Sin embargo, a pesar de que a priori podría parecer que llevar a los niños a este tipo de ocupaciones para que aprendan a convivir es siempre algo positivo, lo cierto es que hay que tener en cuenta muchas cosas. Según señala Fernando Lacaci, presidente de la Confederación de Anpas Galegas: “As actividades extraescolares non conseguiron nunca superar a súa importancia como elemento conciliador”.

Y es que, a pesar de que son las Anpas de cada colegio las encargadas de gestionar las actividades extraescolares, ellos preferirían que fuese competencia de la administración escolar. “Dende que as levamos, o certo é que pretendemos que presten aos rapaces outras visións, valores de igualdade, diversidade, colaboración... Pero somos conscientes de que son principalmente conciliación”.

Aunque las actividades están pensadas para que los niños aprendan cosas nuevas y convivan entre ellos, lo cierto es que no son pocos los padres que las usan como “guardería”. “Isto vese moito na participación. Están cheas de nenos moi pequenos que non poden quedar sós e, conforme van crecendo, deixan de asistir”, asegura Fernando Lacaci. Sin embargo, a pesar de que este hecho nos parezca algo habitual y que, incluso, no tiene por qué ser negativo, no siempre es así.

“Las actividades extraescolares son algo positivo cuando son adecuadas para los niños. Están bien porque adquieren conocimientos y habilidades que no aporta la educación reglada”, asegura José Manuel Suárez Sandomingo de la Asociación Profesional de Pedagogos y Psicopedagogos de Galicia (APEGA). Sin embargo, a pesar de su lado bueno, advierte de que no es una herramienta de conciliación familiar adecuada.

“Dejar a un niño en una actividad por el hecho de que no puedes atenderlo no es lo correcto. Hay un gran problema con la educación en España y es que los horarios de los padres y los hijos no coinciden, pero intentar arreglar esto con actividades puede pervertir la relación familiar”, asegura José Manuel Suárez.

Desde la Confederación de Anpas de Galicia, aseguran que “hai pais que fan dunha necesidade unha virtude”. Y aunque sea cierto que buscan sitios donde dejar a sus hijos mientras trabajan, lo hacen con criterio. “Hai que ter en conta que as actividades foron modernizándose”, asegura Fernando Lacaci.

Hay padres que tienen interés en que sus hijos aprendan y no solo en que alguien los atienda durante las horas en las que ellos no están disponibles. Sin embargo, otros son capaces de dejarlos durante toda la tarde en las actividades extraescolares y arrebatarles su tiempo libre. “Esto no se puede hacer. El niño termina llegando a casa cansado y sin haber hecho aún los deberes, lo que deriva en una falta de aprendizaje”, asegura José Manuel Suárez.

Sin embargo, lo cierto es que no es posible saber cuántas actividades o cuánto tiempo es el adecuado para que los niños se dediquen a estas. “Cada persona es un mundo, los niños igual. Todo depende de ellos y de la actividad”, comenta.

Además, hay que tener en cuenta otro punto y son las diferencias que hay entre los pequeños. Las extraacadémicas tienen un coste que no todos se pueden permitir, lo que puede crear una brecha: “Si ya la escuela es una carrera de obstáculos, estas actividades no pueden suponer más trabas en el camino”. Y es que, según los datos del INE, durante 2020 las familias que llevaron a sus hijos a este tipo de actividades invirtieron 134 euros, que no todo el mundo puede permitirse.

Pero no todo es negativo. Las actividades extraacadémicas enseñan a los niños a convivir entre ellos. Además, según Fernando Lacaci, “para os cativos do rural é unha forma de socialización, xa que teñen a oportunidade de relacionarse con outros nenos da súa idade que, na casa, poden non ter ao seu alcance”.

Estas actividades ayudan a los más pequeños a consolidar equipos con aquellos que los rodean. Es una forma de que se encuentren entre iguales llevando a cabo cosas que les gustan y adquieren conocimientos en materias que no siempre están presentes en el plan de estudios, como son el arte o deporte.

Cómo escoger

Desde la Confederación de Anpas de Galicia, se señala que las actividades más demandadas son las que se centran en la tecnología y el inglés. Sin embargo, “está voltando o criterio de que o pequeno o pase ben”. Y es que, a pesar de que muchos padres escogen las actividades extraescolares siguiendo sus opiniones personales y lo que consideran mejor para el aprendizaje de sus hijos, no siempre se tiene en cuenta lo que los más pequeños piensan.

“No puede ser algo forzado, se necesita consenso. Las personas no poseemos a otros, ni siquiera cuando son nuestros hijos, así que no podemos obligarlos a asistir a cosas que no quieren hacer”, asegura José Manuel Suárez. A pesar de que muchos aprovechan esas ocupaciones para que los pequeños pierdan el miedo o la timidez, esto no es algo positivo. Por ejemplo, muchos padres apuntan a sus hijos a teatro para que pierdan el miedo a hablar en público, “pero esto puede ser tremendamente perjudicial. No se gana nada y, al final, se termina perdiendo porque le terminamos generando mucho más miedo del que ya tenían. No podemos meter a los niños en problemas que, ya de por sí, no son capaces de asumir”.