Comprar un piso en A Coruña exige 50.000 euros más que el coste medio en Galicia

Los precios siguen al alza: 1.232 euros el metro cuadrado en la comunidad frente a los más de 1.800 en la urbe coruñesa, según Tinsa

Un gallego se deja el 28% del sueldo en la hipoteca

Escaparate de una inmobiliaria en A Coruña. |   // CARLOS PARDELLAS

Escaparate de una inmobiliaria en A Coruña. | // CARLOS PARDELLAS / R. Prieto

El precio de la vivienda no tiene freno. La falta de pisos nuevos, con un stock en mínimos históricos, y la creciente demanda de inmuebles de segunda mano hacen cada más difícil acceder al mercado residencial. Con unos sueldos que no crecen al ritmo que se disparan los precios de pisos y casas, los potenciales compradores en Galicia se piensan cada vez más la firma de una hipoteca, que en su primer año se lleva casi el 28% de los ingresos. Y dentro del mapa inmobiliario gallego hay ciudades que están marcadas en rojo por las elevadas tarifas y que, lejos de contenerse, continúan al alza. A Coruña es una de las localidades en las que para muchos resulta prohibitivo adquirir una vivienda: un 51% más caro que la media autonómica. Comprar un piso de 80 metros cuadrados en la urbe coruñesa exige un desembolso medio de más de 148.000 euros —1.858 euros el metro cuadrado—, lo que supone que son 50.000 euros más que en conjunto autonómico, cuyo coste medio de la vivienda nueva y usada se sitúa en 1.232 euros el metro cuadrado, lo que exige un desembolso de 98.560 euros por un piso de 80 metros, según el informe de la tasadora Tinsa del tercer trimestre del año.

La búsqueda de una vivienda se hace cada vez más cuesta arriba, tanto por la falta de oferta como por las tarifas. Un piso cuesta hoy en Galicia un 3,4% más que hace un año, mientras que en el mapa residencial del conjunto del país el incremento alcanza el 5% (con un precio medio de 1.749 euros el metro cuadrado, un 30% por encima de las tarifas en la comunidad gallega). Pese al aumento de los precios, Galicia es la sexta comunidad más barata de España, con Madrid y Baleares a la cabeza, con un coste medio de 2.988 y 2.828 euros el metro cuadrado, respectivamente. También por encima de la barrera de los 2.000 euros el m2 está País Vasco (2.322). En el extremo opuesto del mapa residencial se sitúan Extremadura (909), Murcia (1.086) y La Rioja (1.142).

Al cierre del tercer trimestre, la vivienda nueva y usada en Galicia es un 18,1% más barata que el máximo alcanzado en el periodo 2007-2’’8 (en el conjunto del país, un 19,1%), tras revalorizarse un 16,3% desde los máximos registrados en la crisis financiera. Este es un porcentaje muy inferior al experimentado en el parque residencial nacional (37%).

Entre los factores que explican la resistencia que están demostrados los precios de la vivienda, Tinsa destaca el hecho de que los pisos y casas hayan continuado canalizando ahorros y de que, aunque la política monetaria está reduciendo el crédito hipotecario concedido, no se está produciendo un desplome de demanda. “La erosión que la inflación alta y persistente ha tenido en el poder adquisitivo de los hogares desde 2021 y el impacto de la subida de los tipos de interés para tratar de contenerla está moderando el ritmo de las compraventas de vivienda principalmente por la reducción del crédito hipotecario concedido, pero la reducción de la demanda residencial se está produciendo de manera gradual”, destaca Cristina Arias, directora del Servicio de Estudios de Tinsa.

La vivienda se encarece en el último año en Galicia un 3,4%

Desde la tasadora advierten de que el nuevo incremento de los tipos de interés por parte del BCE en septiembre continuará dificultando el acceso a la financiación por parte de los ciudadanos y la debilidad de la economía europea irá moderando las compraventas de extranjeros. Aun así, el restablecimiento del poder adquisitivo de los hogares ante la inflación y la buena posición del mercado residencial español con respeto a otros países, según destaca Tinsa, evitarán que la demanda se desplome mientras el empleo siga resistiendo.

Provincias y ciudades

De la cuatro provincias gallegas, donde más crecieron los precios el último año fue en Ourense (7,9%), seguida de Pontevedra (3,4%), Lugo (3%) y, finalmente, A Coruña (1,4%). Con el precio más alto en Galicia se coloca la ciudad de A Coruña, con una media de 1.858 euros el metro cuadrado, un 2,4% más que hace un año. También destacan los altos costes en Vigo (1.685 euros el metro cuadrado, un 3,1% más en un año) y Santiago (1.419 euros m2, con un incremento de un 2,3%). Casi a la par de Compostela está Pontevedra (1.391 euros, un 4,6% más). Ya alejados de estos precios cierran la tabla de las capitales de provincia y ciudades Ourense (1.281 euros, un 4,9% más) y Lugo (1.159, un 7,5% más).

Del conjunto de capitales del país, destaca el dinamismo de las ciudades de Almería, Guadalajara y Málaga, con aumentos de precios respecto al año pasado que superan el 10%. La práctica totalidad se mueven en un aumento medio del 2% al 5%.

Los gallegos se dejan en la hipoteca 570 euros al mes

Hay sueldos que no dan para afrontar una hipoteca. En Galicia, la cuota media se sitúa en 570 euros, un desembolso que exige un esfuerzo financiero de casi el 28%. Es decir, los gallegos se dejan de su sueldo ese porcentaje para afrontar el pago al banco con el que tiene firmada el préstamo hipotecario. En el conjunto del país, la hipoteca roza los 680 euros, lo que eleva al 33% los ingresos que hay que apartar para afrontar el primer año de una nueva hipoteca. Las provincias que superan el nivel de esfuerzo financiero que se considera razonable (un 35% de los ingresos) son Baleares, donde los nuevos propietarios se enfrentan a una tasa del 60%, seguida de Málaga (48,7%) y Madrid (41,6%), según el balance del tercer trimestre del año de la tasadora Tinsa. En Galicia, los compradores en Lugo se dejan el menor porcentaje de sus sueldo en la hipoteca del piso (22,7%), seguidos de los que adquieren una vivienda en Ourense (23,8%). En A Coruña, el piso se come el 26% de los ingresos y en Pontevedra, alcanza ya el 31%. En las capitales, la accesibilidad se tensionó durante el tercer trimestre del año en Madrid, Málaga y Sevilla, mientras que se mantuvo en Valencia y retrocedió ligeramente en Barcelona y Zaragoza. Las tasas de esfuerzo teórico alcanzan el 50% en la ciudad de Barcelona y el 48% en Madrid, seguidas de Málaga (47,7%) y Sevilla (40,9%).

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