Portugal blinda por ley la construcción del AVE y licitará su primer tramo el 14 de enero

La dimisión de Costa no paralizará la apuesta por el tren rápido entre Galicia, Oporto y Lisboa

Vícto P. Currás

“Es una inversión gigantesca que está ocurriendo en todo el país y que culminará en una obra que juzgaba que nunca se haría y se va a hacer”. Así de contundente se mostraba António Costa el pasado 13 de octubre cuando garantizaba la construcción de la línea de Alta Velocidad entre Lisboa y Oporto que se prolongará hasta Galicia. Un mes después, y a pesar de la dimisión del primer ministro luso, el proyecto continúa adelante.

Este proceso de las palabras a los papeles tendrá un hito clave el 14 de enero, cuando Infraestruturas de Portugal licitará por 1.900 millones el primer tramo de esta vía entre Oporto y Oiã, al sur de Aveiro. Y sea cual sea el resultado de las elecciones legislativas del 10 de marzo, esta infraestructura estará blindada política y jurídicamente gracias a la ley 38/2023. Este mes de agosto el ejecutivo de Costa aprobaba su Lei das Grandes Opções para 2023-2026, con la que fijaba sus políticas e inversiones necesarias para recuperarse de los efectos del COVID y la guerra de Ucrania el próximo trienio.

En el texto apuntaba que “para promover el ferrocarril y los transportes públicos, fomentando la inversión en un sector de transportes más limpio, accesible y de calidad”, el Gobierno deberá concluir el programa Ferrovía 2020 y comenzar los del Programa Nacional de Investimento 2030, incluyendo la “creación de un eje de Alta Velocidad y elevada capacidad entre Lisboa, Leiría, Coímbra, Oporto, Braga y Galicia” como uno de los tres pilares a ejecutar antes de 2027.

Esto representa un cambio sustancial respecto a los frustrados intentos del último cuarto de siglo, ya que ha sido votado por la Asamblea de la República y el Comité de Ministros. Nunca antes un proyecto del país vecino había llegado a este punto, ya que la extinta RAVE —eliminada hace una década— no fue aprobada por el legislativo. Estos 72 kilómetros iniciarán una nueva fase administrativa después de recibir en agosto la validación medioambiental, siendo la primera para reducir el tiempo de viaje entre ambas metrópolis de las casi tres horas actuales a 75 minutos.

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