El bingo de viajar en tren: retrasos diarios

A la espera de los nuevos trenes Avril que permitirán la llegada de la alta velocidad a las ciudades de A Coruña y Vigo —el último calendario del Gobierno central es que estén operativos en el primer trimestre de 2024, lo que supone un retraso de tres años ya que Talgo tenía el compromiso de comenzar a facilitar las primeras unidades en enero de 2021—, los pasajeros del Eje Atlántico afrontaron un 2023 de continuas averías e incidencias. Cada vez que los convoyes de la línea con más demanda de Galicia protagonizaban nuevos retrasos, en algunas ocasiones llegaron a superar las dos horas, Renfe aludía a una incidencia “puntual”. Pero la realidad es que en el día a día, los pasajeros de la línea A Coruña-Vigo en las horas punta llegan a destino cinco o diez minutos más tarde de lo previsto en la programación de la operadora ferroviaria.

“Solo queremos subir al tren sin esta sensación de bingo de retraso, avería, incidencia... ¿Cuántos días más hemos tenido esta misma situación?”, resume una viajera habitual que se hace eco de la pregunta que se hacen cada vez que se suben a un tren : “¿Llegaremos hoy en hora?”.

Es el medio de transporte que miles de gallegos utilizan a diario para acudir al trabajo o al centro de estudio o de manera puntual para hacer una escapada en vacaciones o para acudir a una cita médica. Pero el tren en la ruta con más demanda en Galicia y de las que más pasajeros mueven en toda España en una pesadilla para los usuarios que tienen que justificar día sí, día también un nuevo retraso en su trabajo, perder una clase en la Universidad, cambiar una cita médica o no llegar a tiempo al enlace con el AVE.

Ante estos retrasos que ya se han cronificado en las estaciones de tren gallegas, la CGT envió en la recta final de año un escrito a la Gerencia de Renfe-Viajeros en Galicia para exigir “soluciones inmediatas y urgentes”. Una de ellas la reestructuración de horarios, añadiendo tiempo de viaje a la duración del trayecto entre A Coruña y Vigo por el aumento de pasajeros que se suben y bajan en las estaciones intermedias. “Debe respetarse la hora de llegada a destino en los trenes madrugadores, evitando que lleguen a destino en un horario más tardío, al estar vinculado al comienzo del horario laboral en muchos casos”, urgieron desde la central sindical.

Fue precisamente este mes de diciembre cuando Renfe respondió a esa demanda con un aumento de los tiempos de viaje en tren del Eje Atlántico. Será a partir del próximo 9 de enero, una medida que irá acompañada de cambios en algunos horarios. De esta manera, el servicio más rápido entre ambas ciudades sumará siete minutos “extra” hasta los 87, empeorando los tiempos con los que fue inaugurado en 2015 y que se habían convertido en inalcanzables en los dos últimos años.

La medida llega más de un año después de que Renfe se comprometiese a mejorar la puntualidad en el servicio. No fue hasta finales del pasado mes de febrero, diez meses después de haber adquirido este compromiso en una ronda de reuniones en Galicia con pasajeros habituales, cuando el operador ferroviario asumió que se iba a poner manos a la obra ante los retrasos detectados, especialmente en el Eje Atlántico y en las conexiones entre A Coruña y Santiago. Esta falta de puntualidad, según reconoció en el arranque de año el Ministerio de Transportes a diputados gallegos del PP, “puede deberse a distintas causas derivadas de la infraestructura, los operadores o causas externas”.

Habrá que esperar a 2024 para conocer el alcance de, hasta ahora, las dos únicas medidas anunciadas para aliviar estos retrasos crónicos. Los viajeros esperan no tener que estar pendientes a diario de la aplicación de Renfe que anuncia nuevas incidencias y, en consecuencia, más tiempo atrapados en los trenes.