Escuelas creadas por un emigrante en Cuba en Ortigueira, a la venta por 198.000 euros

El Palacio de Justicia en la plaza de Galicia de A Coruña, la Casa Viturro o la tan fotografiada Casa Rey de la avenida de la Marina (la de las cariátides), así como muchos otros edificios modernistas particulares aún existentes hoy en día en la ciudad, fueron proyectados por el asturiano Julio Galán Carvajal, uno de los grandes arquitectos gallegos de comienzos del siglo XX. Galán también es el autor de los planos del grupo escolar de San Adrián de Veiga en el municipio de Ortigueira, un edificio de los indianos diseñado en 1909 y que se abrió en 1912 para niños y niñas. Este histórico inmueble está ahora mismo a la venta por 198.000 en el portal inmobiliario Country Homes.

El portal inmobiliario Country Homes subraya que este edificio que tiene a la venta, de tres plantas, posee 383 metros cuadrados, con una fachada con torre con reloj y campana “originales”. La inmobiliaria destaca que esta más que centenaria “joya histórica” está dentro de una parcela amurallada de 1.377 metros cuadrados con vistas panorámicas de la ría y es ideal para “restaurar” y convertirla en “restaurante u hotel”.

El edificio en sí mismo es una joya modernista pero su historia y el motivo por el que se construyó aún lo hacen más valioso. Según destaca el Consello da Cultura Galega, este inmueble de tres plantas fue costeado por José Antonio Cornide Crego, un vecino que emigró a Cuba, donde se convirtió en empresario cafetero, e hizo fortuna. José Antonio Emigró con su hermano Eusebio ante la necesidad económica.

Los dos hermanos, tras unos primeros años de duros trabajos, lograron reunir un capital e instalaron un gran tostadero de café en 1885 en la capital provincial, con el nombre de El Gallego, según una crónica del pedagogo y educador social José Manuel Suárez Sandomingo, natural de Ortigueira.

Al igual que los hermanos García Naveira en Betanzos, los Cornide eran de esas personas que salieron de la miseria y al lograr prosperar querían ayudar a sus convecinos a mejorar también , con la convicción de que la educación sería la mejor arma, de ahí que tantos indianos impulsasen escuelas.

José Antonio y su hermano Eusebio crearon en 1905 en Cuba la Sociedad de Instrucción San Adrián, en referencia a la parroquia de Ortigueira donde nacieron. Mediante esta sociedad financiaron la escuela.

En la fachada del edificio existen dos placas conmemorativas de mármol con los símbolos de las sociedades de instrucción de la Habana. En una se destaca la “gratitud” del concello a los “compatriotas que en la isla de Cuba fundaron y sostienen este plantel”. El colegio llegó a editar su propio periódico, El Faro de Veiga. El diario mensual de los niños, que editaban los propios alumnos. Fue, según Suárez Sandomingo, uno de los primeros de España redactado por el propio alumnado.

El edificio tiene tres cuerpos, el central y los dos laterales que eran las aulas, a un lado de niñas y al otro de niños, y detrás las casas de los maestros. Había espacio para 160 escolares. Todo alrededor era un enorme jardín con áreas para el recreo y hacer ejercicio. El Consello da Cultura señala que había “unos magníficos jardines”, hoy desaparecidos, aunque pervive una palmera.

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