Portugal licita el estudio para relanzar el tramo de AVE entre Braga y Valença

Actualiza los informes para poder arrancar las obras no antes de 2027 o 2028

El proyecto es clave para reducir en una hora el viaje entre Vigo y Oporto

V. Currás

Continúa el acelerón administrativo en Portugal para dejar encaminada la Línea de Alta Velocidad entre Lisboa, Oporto y Galicia antes de las elecciones generales del país vecino del 10 de marzo. Infraestruturas de Portugal (IP) acaba de lanzar la licitación de los nuevos estudios informativos para el trazado entre Braga y Valença do Minho; tramo clave para que el tren en la Eurorregión sea competitivo.

El anuncio publicado este jueves en el Diario da República apunta a un presupuesto de 425.000 euros que se prolongará hasta 2026 para actualizar los realizados por RAVE hace más de una década. El anuncio fue avanzado por el vicepresidente del gestor ferroviario, Carlos Fernandes, el pasado 12 de enero. “Pienso que, en condiciones normales, tenemos la posibilidad de lanzar también este concurso dentro de uno o dos años”, aseguró durante el acto de licitación del primer tramo de Alta Velocidad entre Oporto y Aveiro por 2.140 millones.

Con este cronograma, no obstante, no comenzarían las obras de la nueva línea de Alta Velocidad hasta “2027 o 2028”, por lo que bajo su criterio “difícilmente estará concluida en 2030”. Así lo afirmó en noviembre en una jornada informativa y así quedó ratificado con las últimas noticias. Cuando se presentó este proyecto en septiembre de 2022, el proyecto y la ejecución debería arrancar a mediados de 2026. No obstante, desde la administración lusa alegan que la Unión Europea no exige su finalización hasta 2040 por lo que no estaría en compromiso la llegada de fondos comunitarios.

El cargo técnico más importante de IP recordó que los 68 kilómetros sería solo una primera fase. De esta forma durante la próxima década se aprovechará la estructura existente desde Nine hasta Oporto hasta que se desarrolle la segunda, que incluirá la parada en el Aeropuerto de Francisco Sá Carneiro. En ese caso, el horizonte apunta más allá del 2040.

La importancia de este contrato radica en que evitarán el rodeo que emplea actualmente el Tren Celta. Al contar con una nueva infraestructura independiente, directa y con una velocidad máxima de al menos 250 kilómetros por hora, el tiempo de viaje entre Vigo y Oporto quedará en algo más de una hora.

Cuando el 28 de septiembre de 2022 el presidente del Gobierno luso, Antonio Costa, presentó su ambicioso plan para poner en marcha el Tren de Alta Velocidad en su país el coste entre Braga y la frontera española se estimó en 1.250 millones. Sin embargo, el secretario de Estado de Infraestructuras de Portugal, Frederico Francisco, incrementó esta cifra hasta los 2.000 millones. “No tengo una cifra rigurosa, pero la inversión global entre Lisboa y Valença, si incluimos la segunda fase de la conexión Oporto-Valença debe de andar por los 7.000 u 8.000 millones de euros”, apuntó en una entrevista con la agencia Lusa.

Los plazos reconocidos a fecha de hoy y la nula experiencia en la materia ponen en serias dudas que esta infraestructura esté en servicio en el año 2030 pese a ser uno de los elementos principales para la celebración del Mundial de fútbol.

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