La fuga de talento crece un 14%: emigran 7.600 universitarios por 3.500 que entran

Es el colectivo, por nivel de estudios, con el mayor déficit en el balance de movilidad laboral de 2023 | Galicia perdió casi 10.000 trabajadores en este saldo con las demás autonomías

Feria del empleo en la Universidade da Coruña (UDC). |   // VÍCTOR ECHAVE

Feria del empleo en la Universidade da Coruña (UDC). | // VÍCTOR ECHAVE / X. A. Taboada

X. A. Taboada

Mientras determinadas empresas pujan y compiten por mano de obra cualificada en Galicia, con carácter general lo que está sucediendo es que la comunidad prosigue con su tendencia de perder capital humano con formación superior. Tradicionalmente, los titulados universitarios que salen de Galicia con un contrato firmado son el doble de los que entran en la comunidad. Pero el pasado año esta tendencia se intensificó, de forma que la proporción entre los que emigran y los que recalan en Galicia ha aumentado en un 14%: en 2023 se marcharon 7.623 universitarios para trabajar fuera mientras que solo vinieron con contrato 3.553.

Si esto fuera mercancía, la comunidad gallega sería netamente exportadora, pero lo que sucede es que el personal con mayor nivel de formación tiene que buscarse acomodo profesional fuera, ya sea porque aquí no encuentran oportunidades laborales o, con una visión más optimista de esta tendencia, porque son demandados por su nivel académico alcanzado en las universidades gallegas. Los datos los recoge el Instituto Galego das Cualificacións, dependiente de la Consellería de Promoción do Emprego e Igualdade, que analiza el flujo de los trabajadores que se marchan a otras comunidades con contrato.

En el caso de los universitarios, apenas existen diferencias entre el comportamiento de hombres y mujeres en cuanto a las cifras. Emigraron 3.664 mujeres y 3.959 varones, mientas que llegaron a la comunidad 1.723 y 1.830, respectivamente. No obstante, no se recogen en las estadísticas sobre movilidad laboral de la Xunta los salarios, por lo que no es posible comprobar si existe o no brecha salarial por razón de género ni de cuánto sería.

En total, el personal con contrato que llegó a Galicia el pasado año procedente del resto de España ascendió a 25.533, una cifra prácticamente igual a la registrada en 2022 —apenas 250 menos—, pero sí que aumentó el número de los que salieron de la comunidad gallega para emprender una nueva etapa laboral. Se marcharon 35.495, cuando un año antes no llegaban a los 33.500. Esto significa en el balance de movilidad Galicia perdió el pasado año una masa laboral de 9.962 personas, sin contar los que se van al extranjero.

En un análisis por nivel de estudios, son los titulados universitarios —los que en teoría acreditan una formación más elevada y completa— en los que existe mayor diferencia entre los que llegan a Galicia para trabajar y los que se marchan. Este colectivo presenta el peor saldo “migratorio”, con 2,14 universitarios que dejan Galicia para trabajar por cada uno que entra. El déficit es de más de 4.000 trabajadores. En ningún otro segmento por nivel de formación existe tal disparidad.

Sin embargo, el mayor volumen de movilidad laboral se da en el colectivo que solo tiene el certificado de escolaridad —el más bajo—. Marcharon 8.757 trabajadores y vinieron a Galicia 9.527. Es el único segmento en que la comunidad presenta un balance positivo.

También se fueron a trabajar a otras autonomías 6.788 titulados de Bachillerato (3.236 más de los que llegaron) y 3.548 con estudios de FP, pero solo entraron 2.099 a Galicia. En cuanto a los que titularon en ESO, el balance casi sale neutro: emigraron 7.034 y entraron en la comunidad 6.939.

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