La hostelería, en contra de acotar horarios de la restauración como pide Yolanda Díaz

Los empresarios apelan a la libertad de mercado y los trabajadores señalan como problema la duración de su jornada laboral

Gente en las terrazas de la Marina,en A Coruña. |   // CARLOS PARDELLAS

Gente en las terrazas de la Marina,en A Coruña. | // CARLOS PARDELLAS / Mateo G. Triñanes

Mateo G. Triñanes

Las palabras de Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, el pasado lunes en el Congreso abogando por limitar el horario de cierre de la restauración en España han caído como un jarro de agua fría entre los empresarios del sector en la comunidad.

Así lo explicita Cesáreo Pardal, presidente del Clúster de Turismo de Galicia. “El sector lo único que quiere es seguir trabajando y que le dejen hacerlo, obviamente cumpliendo siempre con la legalidad. Entonces, en la restauración y en el tema de los horarios cada empresario debe tomar siempre sus propias decisiones”, explica Pardal, que considera que la posibilidad de contar con horarios más coincidentes con el resto de países europeos, como sugiere Díaz, restaría atractivo turístico: “España es un país alegre al que vienen 85 millones de turistas anualmente gracias a una determinada tipología de turismo. En Europa los horarios son totalmente distintos y desde el punto de vista turístico son países tristes”.

El presidente del Clúster apostilla que la hostelería, y fundamentalmente la restauración, cuenta actualmente con determinados problemas que exigen medidas y soluciones como es el caso de la falta de trabajadores y es ahí, en opinión de Pardal, donde las administraciones deberían centrar sus esfuerzos. “En España hay tres millones y medio de parados, y aun así no hay forma. El sector quiere producir y generar una rentabilidad que le permita crecer y también aportar a través de los impuestos, pero para ello debe contar con las herramientas que se lo permitan”, señala Cesáreo Pardal.

José González Benavides, propietario del restaurante Herlogón en O Grove, añade que en cualquier caso la regulación de los horarios comerciales de la restauración no es competencia del Gobierno estatal y únicamente podrían ser los concellos y las comunidades los que podrían limitarlo. En su opinión, declaraciones como las de Díaz ofrecen una visión “lamentable” del sector: “Cuando las fábricas hacían cuatro turnos gracias al alto volumen de producción todos aplaudíamos porque generaban empleo. Sin embargo, en el caso de la hostelería nos echamos las manos a la cabeza”.

Contra lo que pudiera parecer, fijar una hora para el cierre de los locales de restauración tampoco es la solución idónea en opinión de aquellos que se encuentran tras la barra o frente a los fogones. “Nuestros problemas no radican en el horario de los restaurantes, sino en la duración y condiciones de nuestra propia jornada laboral”, explica Ismael Ferreiro, jefe de sala en el restaurante compostelano O Dezaseis.

Este empleado señala que lo importante es que los empresarios dimensionen sus equipos acorde a sus horarios comerciales: “El problema no está en cerrar antes de la una, sino en que el empleado que está hasta esa hora tenga una jornada laboral que no exceda lo que figura en su contrato y que sus derechos y necesidades estén cubiertos correctamente”.

María Pazos, por su parte, acostumbra a trabajar como camarera en verano en las Rías Baixas, pero no es su trabajo el resto del año. En su opinión, más que limitar el horario de los restaurantes sería necesario ampliar las inspecciones laborales para que los contratos se cumplan. “No me importa quedarme hasta la una o incluso más, pero nunca cobré un plus de nocturnidad y al trabajar a jornada partida acostumbro a hacer más horas de las que figuran en el contrato sin cobrarlas. Eso es lo que se debería mirar más”.

Suscríbete para seguir leyendo