El AVE luso, ante un nuevo cruce de caminos

La flaqueza del futuro Gobierno y las dudas de Montenegro sobre el tren rápido podrían dilatar aún más sus plazos

El líder del PSD y ganador de las  elecciones, Luis Montenegro, con el alcalde de Lisboa, Carlos Moedas(d.).  | // L. O.

El líder del PSD y ganador de las elecciones, Luis Montenegro, con el alcalde de Lisboa, Carlos Moedas(d.). | // L. O. / Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Galicia afrontó este domingo las segundas elecciones en el último mes en las que su futuro estaba en juego. El viraje a la derecha de Portugal confirmado en las elecciones legislativas dibuja un escenario incierto para una de las infraestructuras más demandadas en la comunidad, la línea de Alta Velocidad entre Lisboa, Oporto y Vigo; debido a la aritmética parlamentaria y las posturas de los vencedores. El triunfo de la coalición Alianza Democrática (29,5% de los votos y 79 actas de 226 asignadas) no se ha traducido en una mayoría que le permita formar Gobierno fácilmente tras la caída de la mayoría absoluta del Partido Socialista; quien tras la trama de presunta corrupción que provocó esta convocatoria resiste con el 28,66% y 77 actas.

El líder de la coalición de centroderecha y perteneciente al PSD, Luís Montenegro, aspira a liderar un Ejecutivo que solamente sería estable si llega a un acuerdo con Chega al no ser suficiente con Iniciativa Liberal. La formación de ultraderecha creció hasta los 48 parlamentarios gracias al 18,06% de los votos; aunque en el país luso los pactos con este espacio político todavía se consideran un tema tabú. Después de que el secretario general del PS, Pedro Nuno Santos, avanzara que formarán parte de la oposición, los conservadores solamente podrán buscar una mayoría débil que frente al legislativo —si los socialistas se abstienen— o derivar en una repetición electoral similar a las de España en 2016 y 2019. Es precisamente esa posibilidad, la de una inestabilidad e interinidad, la que podría dejar en vía muerta la construcción de la ansiada infraestructura del tren rápido que vertebrará todo el Eje Atlántico. A ello se suma la “no victoria” de su principal impulsor y valedor, el exministro de Infraestruturas, quien apenas suma tres meses en el cargo tras la precipitada dimisión de Antonio Costa en noviembre.

El primer ministro en funciones lanzó a comienzos de año una ofensiva administrativa para dejar encarrilada la construcción de “la obra más importante de la década” en el país; licitando pos 2.140 millones de euros el primer tramo hasta Aveiro y desbloqueando los estudios hacia Braga y Valença. La moción para la “Recomendación del desarrollo de las diligencias para el inicio del concurso de la Línea de Alta Velocidad Oporto-Lisboa” salió adelante con 218 votos a favor de siete formaciones distintas (PS, PSD, Iniciativa Liberal, PCP, Bloco de Esquerdas, PAN y Livre) y únicamente la abstención de los 12 diputados del Chega, quienes si bien no se han mostrado a favor de este tipo de obras, tampoco las defienden abiertamente.

La postura del PSD, sin embargo, es más compleja. De hecho, el propio Montenegro fue el presidente de su grupo parlamentario la legislatura en la que Pedro Passos Coelho abandonó “definitivamente” los proyectos de Alta Velocidad. Durante la campaña, tras más de dos meses mostrando sus dudas sobre el proyecto y pidiendo más información sobre él, acabó la campaña priorizando la línea a Vigo y pidiendo un “diálogo muy próximo con el Ejecutivo español para que, de una vez por todas, cerremos nuestra red, conectemos los dos países y los conectemos a Europa”

De esta forma respondía a su compañero y alcalde de Lisboa, Carlos Moedas, quien tachó de “incomprensible” que la primera línea del AVE en su país no sea entre Lisboa y Madrid; la “prioridad” para él. “Yo siempre lo defendí y lo hice con la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, una conexión Lisboa-Madrid; es impensable que dos capitales de estas dimensiones en países vecinos no la tengamos” declaraba el regidor tras la licitación.

Reacciones en Galicia

En el margen norte del Miño, el presidente de la Xunta en funciones, Alfonso Rueda, felicitó ayer a su compañero de familia política Luis Montenegro como vencedor de los comicios y deseó que se mantenga o se mejore si se puede “la buena colaboración” entre Galicia y el país vecino.

A la espera del escrutinio final para ver cómo se conforma el Gobierno portugués, Rueda ha saludado la alta participación electoral, “al igual que en Galicia” ya que legitima en mayor medida lo que han expresado los ciudadanos en las urnas. “Veremos cómo se conforma el Gobierno, el Partido Socialista, que partía de una mayoría absoluta, ha tenido una bajada muy importante” apuntaba al insistir en que la colaboración entre países debe trascender los colores políticos. Para Galicia es “fundamental” mantener una “relación estrecha” con el Gobierno portugués y que se mantenga la colaboración y los compromisos, como la línea de Alta Velocidad entre Oporto y la comunidad gallega.

Por su parte, la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, manifestó su deseo de que este cambio no suponga la “paralización” de proyectos compartidos con el país luso que son “estratégicos” para Galicia.

Tras la primera reunión del nuevo grupo parlamentario del Bloque en la cámara, señaló que “el giro a la derecha” en Portugal “no va a traer mejoras en las condiciones de vida de las mayorías sociales” y pidió a las fuerzas de izquierda que “tomen nota” del resultado. De este modo, ha subrayado la importancia de “trabajar desde aquí, desde la solidaridad y el respeto a las relaciones internacionales”, para que se mantengan los compromisos con proyectos “estratégicos” para Galicia como el citado tren rápido.

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