La comunidad escolar del colegio Ría de O Burgo de Culleredo ha realizado una cacerolada tras entrar los alumnos en las aulas en protesta porque el comedor escolar cerrará este viernes si la Xunta no toma medidas para garantizar el número mínimo de monitores que permita mantener los grupos estables de convivencia y contar así con las condiciones adecuadas de seguridad.

Madres y padres, profesores y trabajadores del servicio de comedor se manifestaron a las nueve de la mañana ante la entrada al colegio para reclamar una solución que impida que unos 300 niños se queden sin comedor escolar, lo que impediría a muchas familias poder conciliar su vida laboral y personal.

La empresa que gestiona el servicio de comedor por contrato tiene que tener doce monitores aunque el curso pasado tenía más, dieciséis. Sin embargo, para este curso 2020-2021 no mantuvo este número sino que lo redujo al mínimo establecido, doce, cuando la pandemia sanitaria obliga a contar con más personal para garantizar los grupos burbuja. La directiva del centro anunció el cierre del comedor precisamente porque considera que es imposible cumplir el protocolo sanitario de la Xunta con este número de monitores y antepone la seguridad y salud de toda la comunidad escolar.

El Concello de Culleredo también reclamó a la Consellería de Educación que tomase "medidas" para evitar el cierre del comedor. Los padres esperan que entre hoy y el jueves se llegue a un acuerdo que impida que se suprima este servicio esencial.