Unas doscientas personas se congregaron en la Plaza Afundida de Santa Cristina, metáfora del sentimiento que vive el sector de la hostelería que ayer salió más animado de la protesta convocada por el Concello de Oleiros, debido al anuncio sorpresa del alcalde, Ángel García Seoane, de que el próximo mes de agosto habrá un “macroconcierto” en la playa de Santa Cristina, tres días seguidos “con dos o tres grupos” cada día, según afirmó también la primera teniente de alcalde, María José Varela.

“Será para unas 2.000 personas, y coordinado, que no organizado, por el Xacobeo, pero aún se está cerrando con una productora de conciertos, será como un Noroeste de A Coruña”, afirmó García Seoane.

El anuncio fue recibido con fuertes aplausos por parte de los que acudieron a la concentración convocada por el Concello ante la decisión de la Xunta la pasada semana de subir a nivel alto las restricciones debido al incremento de casos de Covid, y que obligó al cierre a varios locales porque supone no poder utilizar el interior y en el exterior, las terrazas, solo al 50%.

Casi al mismo tiempo en que se celebraba la concentración de la hostelería en Santa Cristina, en Santiago el comité clínico resolvía lo que demandaban estos profesionales: abandonar el nivel alto y volver al nivel bajo de restricción: 50% en el interior y 75% en terraza.

La subida a nivel alto en las restricciones se debió a un brote en el colegio Parga Pondal de Santa Cruz, que llegó a tener 27 positivos y tres aulas cerradas, pero ayer ya estaban las tres abiertas y solo había tres positivos. La incidencia en los últimos siete días ha sido menor de 25 casos en todo el concello.

“Somos 40.000 personas en Oleiros y solo 22 contaminados. Llegó a haber 78 casos pero el viernes pasado ya eran 55, ya se podía abrir”, afirmó el regidor, que al frente de la concentración se mostró en contra “de un estado policial” e incluso apuntó que si la Xunta no bajaba el nivel se podría “tirar para adelante sin más”.

“Voy a traer un festival muy grande a Santa Cristina”, resaltó el regidor ante el júbilo de los asistentes, que después se preguntaban por los detalles, fechas y grupos.

“A ver si nos cuentan lo del festival, que puede ser muy bueno. Yo al tener un restaurante estoy cerrado, porque para tener tres mesas fuera, no me vale la pena, que no tenemos un clima tropical. Tenernos así cerrados no tiene sentido”, afirmaba ayer Fernando Fernández, del restaurante Paradavella de Perillo.

“El ocio nocturno somos los más castigados. Yo no tengo terraza, abrí un poco el pasado verano y ya volvimos a cerrar. No te cuento cómo sobrevivimos porque sería muy triste. No sabemos si cerrar y desaparecer si esto sigue así”, explicaba ayer Manuel Arias de la coctelería El Pirata, un local que lleva 43 años en Santa Cristina.

“¿Y qué haces con las mercancías, con las neveras surtidas?”, se preguntaba Alfredo Castrelo del restaurante El Refugio.