El equipo multidisciplinar que esta semana encontró en el cementerio de Trasanquelos, en Oza-Cesuras, los posibles restos mortales de dos represaliados durante la Guerra Civil —el maestro de la república Rafael Fernández Casas y el vecino de Bergondo Juan Torreiro Seoane— ve “poco probable” que aparezcan más restos de otros asesinados durante la guerra. Así lo ha expresado el forense del equipo, Fernando Serrulla: “Seguiremos excavando, pero la impresión que tenemos es que parece poco probable que haya otros restos. No hay signos que nos hagan pensar que podamos encontrar algo más”. No obstante, el equipo seguirá trabajando hasta las 17.00 horas de hoy.
Hallados restos con marcas de disparos en la búsqueda de los cuerpos de dos represaliados
De momento, los investigadores han encontrado dos cráneos con claros agujeros de bala que es muy posible que se correspondan con los de Fernández Casas y Torreiro Seoane, fusilados casi al inicio del conflicto. Ahora, los restos se enviarán al laboratorio de antropología forense del Imelga (Instituto de Medicina Legal de Galicia) y al instituto Luis Concheiro, dependiente de la Universidad de Santiago de Compostela, para cotejar los perfiles genéticos. “Como mucho, en tres o cuatro meses tendremos alguna información genética”, señala Serrulla.
La curva que vio morir al maestro de la República
Un hijo en busca de su padre 90 años después
Esta mañana se acercó hasta el cementerio uno de los hijos del maestro Fernández Casas, Orientado Fernández, para conocer de primera mano la investigación que ha realizado el equipo. Orientado, que hoy tiene 88 años, se ha desplazado ex profeso desde Ortigueira, donde reside, para que el equipo le explique los resultados que ha obtenido en la exhumación.
Orientado —que debe su nombre al alias que su padre tenía en la orden masónica a la que perteneció— era todavía un bebé cuando asesinaron a su padre, pero él siempre tuvo el deseo de poder encontrar sus restos. “Para mí sería una satisfacción enorme encontrar a mi padre. Guardaría algún resto en una bolsita”, explica. “Traeríamos los restos a Devesos, cerca de Ortigueira, porque nosotros vivimos aquí y tenemos enterrada en un panteón a mi madre, los pondríamos juntos”. Con este hallazgo, Orientado cree que, por fin, es momento de “pasar página” porque , además, “ya va siendo hora”.