Soy hija de la emigración gallega al otro lado del océano, de la búsqueda de un futuro mejor que se hizo presente. Así que cuando me pidieron que escribiese sobre cómo considero que debería ser el tiempo venidero en nuestro entorno, pienso ya en los pasos de hoy.

En el compromiso firme de todas las personas que estamos trabajando para que nuestra sociedad tenga un futuro más sostenible, que permita establecer un equilibrio entre el progreso y la conservación del medio ambiente, en línea con los objetivos de la Agenda 2030 de Naciones Unidas.

En este contexto hay que destacar el papel de la industria como motor económico y social de la Galicia del siglo XXI, para que no nos veamos obligados, como hicieron mis padres, a buscar el futuro lejos de aquí. Un tejido empresarial e industrial responsable, generador de empleo y bienestar, respaldado por las instituciones, basado en la tecnología y la innovación y compatible con el cuidado del medio natural.

Estamos inmersos en una gran revolución industrial. La reducción de las emisiones es un objetivo absolutamente inaplazable y necesario para evitar el calentamiento global, impulsando un modelo de transición energética hacia otro más sostenible y descarbonizado. En Repsol ya estamos avanzando por esta senda, afrontando con la máxima ambición el reto de generar actividad económica y empleo y, al mismo tiempo, cumplir con el Acuerdo de París, con el objetivo ser una compañía neutra en emisiones de CO2 en el año 2050.

La transformación industrial de nuestra refinería coruñesa se basa en el incremento de la producción de biocombustibles y otros productos de menor huella de carbono, y de hidrógeno renovable a partir de biogás, entre otras iniciativas. Además, las nuevas instalaciones logísticas en Punta Langosteira contribuirán a la creación de A Coruña Green Port, un gran polo de energías renovables.

Refinería de Repsol en A Coruña. (l) Carlos Pardellas

Confío plenamente en el conocimiento científico, la innovación y la tecnología, en el espíritu de superación de las personas, que tan presente ha estado durante los peores momentos de la pandemia. Esa energía, bien orientada, nos ayudará a mejorar la calidad de vida de la sociedad. Por ello es tan necesaria la formación y el fomento de las vocaciones en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas entre los más jóvenes.

La educación y, más concretamente, la relación entre la formación y las empresas, son dos pilares del futuro que visualizo. Creo en la solidez de la formación profesional, con el éxito de la modalidad de FP dual. Hemos podido comprobar que es buen modelo, con una altísima empleabilidad. Además, considero que debe reforzase la interacción entre la universidad y la empresa para que ambas estén a la vanguardia de la tecnología e investigación, nutriéndose mutuamente de los avances científicos y para que ninguna quede relegada.

Pero no nos engañemos, ¿de qué nos serviría ser una sociedad avanzada si perdemos nuestra esencia, nuestros valores?

Cada día compruebo en primera persona los cambios imparables de nuestra sociedad. En la actualidad nadie cuestiona la incorporación de la mujer en todos los sectores. Incluso en los tradicionalmente masculinos como el industrial, la evolución ha sido exponencial y hoy trabajo en una refinería gestionada en su mayoría por mujeres. Sin embargo, aún queda recorrido en dos vertientes principales: la vocación por los estudios de ciencia y el liderazgo femenino también en puestos de responsabilidad. Para lograrlo, todos debemos defender el trabajo basado en la igualdad de oportunidades, la diversidad y la inclusión.

En este sentido, A Coruña siempre ha tenido las puertas abiertas a la diversidad de culturas, ideas y de opciones personales, algo que tengo confianza plena en que no cambiará. Nuestra ciudad tiene un arraigado sentido de la solidaridad que se refleja en cientos de entidades y organizaciones sin ánimo de lucro que ayudan a los colectivos más vulnerables que seguirán necesitando el apoyo continuo de toda la sociedad. 

Estoy segura que vamos a construir un futuro mejor para las siguientes generaciones, y lo conseguiremos trabajando de forma conjunta, a partir de unas prioridades muy claras.