Un arquitecto y una mujer enigmática, abrumados por problemas personales, caen en un bar y deciden asistir juntos a un espectáculo musical nocturno. Dividen sus caminos sin conocer cada uno de sus nombres. Cuando llega a casa, su esposa, con quien había discutido esa misma tarde, está muerta, asesinada, y la policía lo espera. La búsqueda de la misteriosa mujer implica la coartada y la salvación de una posible sentencia de muerte y será un trabajador de estudio - la capacidad de Siodmak para subvertir el papel femenino - del arquitecto para iniciar una investigación contrarreloj. Esta producción de Universal, una adaptación de una novela irlandesa de William, ejemplifica el talento de Robert Siodmak: agilidad en la narración; esencialidad; efluvios expresionistas (sensación onírica, paroxismo, papel de la multitud, efectos de la puesta en escena); el cultivo de la elipse más inteligente; los usos musicales selectivos, breves y adecuados y un trío de artistas memorables, que van desde los secundarios como Elisha Cook Jr. a Thomas Gómez- en un thriller nocturno donde el cómo y las formas pueden con sagacidad con el suspenso real e imponer el terror al misterio e incluso reflexionar sobre los tormentos del arte.