Una niña es secuestrada. En la comisaría, Sylvia y Bernardo, los padres, y Rosa, principal sospechosa y amante de Bernardo, dan testimonios contradictorios. Rosa y Bernardo se conocieron en un tren de cercanías en Río de Janeiro. Se convirtieron en amantes. Obsesionada, Rosa entabla una amistad secreta con Sylvia, sin que ella sepa la relación que tiene con su marido. Sylvia, cansada de su vida rutinaria como ama de casa, ve en su amistad con Rosa un aliciente que la hace soportar el aburrimiento. Este fuego revivido en Sylvia despierta su pasión por Bernard.