Blue Mesa es el nuevo disco de Luke Winslow-King con el sello de Chicago Bloodshot Records. Un ejemplo más de la artesanía y la elegancia a la que nos tiene acostumbrados, mezclando country, blues, R&B, rock n’ roll e influencias del folk de manera intuitiva y con su habitual maestría interpretativa e instrumental.

En este punto de su carrera, el cantante y guitarrista ya ha recogido las ofrendas de una vida dedicada a la música. Nacido y criado en la ciudad de Cadillac, al norte de Michigan, a los 19 años se mudó a New Orleans y allí pasó los siguientes 15 años sumergiéndose en las aguas musicales que corren en la ciudad, adoptando una rica perspectiva de las tradiciones musicales de las que se había enamorado en su juventud.

El álbum evoca el estilo de Paul Simon y Robert Cray, el poso guitarrístico de Mike Campbell, el espíritu góspel, el infeccioso soul de Stax, los aires sureños de los primeros Skynyrd, la “mano lenta” del Clapton más bluesero, todo ello en canciones de carretera con un profundo poso personal en lo lírico.