Cómo combinar la mecánica cuántica con la teoría de la relatividad general? ¿Cómo unir a Einstein con Bohr? Lleva la física teórica demasiadas décadas intentando encontrar una teoría unificada, una teoría del todo que pueda compatibilizar las afirmaciones de los procesos cuánticos que ocurren en la escala de lo increíblemente pequeño con las predicciones relativistas acerca del comportamiento de los cuerpos a escalas increíblemente grandes. No es fácil, y grandes genios de la física (Witten, Hawking, Loredo) no han podido resolver este obstáculo radical. Estamos ante dos visiones del cosmos que pretenden aprehender todo lo que existe a través de procesos aparentemente inconmensurables entre sí. ¿Cómo unificar en un solo modelo la acción de la gravedad con la acción de las fuerzas electromagnéticas y nucleares fuertes y débiles? ¿Cómo encontrar lo que tienen en común las partículas subatómicas con las galaxias?

Lo mismo ocurre en los programas del corazón, que también llevan años intentando encontrar el modelo unificado que reúna en una sola trama todo lo que rodea a Isabel Pantoja con todo lo que rodea a Jesulín de Ubrique. El último ejemplo de esta desunión radical lo tuvimos el viernes: DEC, con su entrevista a Humberto Janeiro, obtuvo un 16,3% de share; Sálvame Deluxe, con su entrevista a Julián Muñoz, obtuvo un 16,3% de share. Empate irresoluble. Como la física, la televisión rosa se desgarra entre dos visiones del cosmos con pretensiones globalizadoras, cada una con su universo respectivo de personajes y conceptos, de pasiones y discursos. Einstein y Bohr. El torero machote y el político casposo. Ambiciones y Cantora. Las estrellas y los quarks. El sexo y el dinero, y las mujeres girando alrededor como bosones, como constelaciones. El genio que relacione amorosamente a Maite Zaldívar con Humberto Janeiro habrá alcanzado la teoría del todo resolviendo la cuestión más compleja de la ciencia moderna. Vamos, Vázquez, vamos, Cantizano, el mundo espera ansioso la teoría de las supercuerdas de la telebasura.