Cinco cadenas, cinco, nos ofrecen sus programas recién hechos en casa para que pasemos la noche del viernes. ¿Qué es eso de que encendemos la tele y no hay nada que ver? Ese día se nos amontona el trabajo.

Pero dejadme, ay, que yo prefiera la oferta de La 2. Hay que empezar, eso sí, esquivando La suerte en tus manos (una birria de miniespacio si no fuera porque puedes aprender de él que la suerte de no caer en la ludopatía está en tus manos: basta con empezar no aficionándote a ver en la tele programas sobre juegos de azar). Empieza después una noche estupenda con Buscamundos, la propuesta del gran Vicente Romero para viajar por el lado oculto de los viajes turísticos. Tras visitar Haití y el Nueva York más desconocido, anteayer le tocó el turno a Camboya, un hermoso lugar donde no corremos el peligro de encontrarnos con Carmen Lomana tomando el sol en el río Mekong. Después llega una singular iniciativa de La 2 noticias: los viernes nos regalan un telediario "de autor" en el que por un día un invitado hace el informativo según sus criterios y gustos. Tras el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga y el escritor David Trueba, anteayer pasamos un buen rato con el contagioso optimismo vital de Albert Espinosa. Un modo eficaz de comprobar que la objetividad informativa no existe. El mejor remate es la siguiente media hora con un programa capaz de reconciliarte con la tele, la humanidad y el mundo entero. Se llama Entre2aguas y es un viaje musical de la mano de Javier Limón que cada viernes consigue dejarnos boquiabiertos y felices. Encuentro de la música americana y mediterránea con España de bisagra, De Caracas a Lisboa, de Buenos Aires a Estambul, de la tele a tu corazón.

Habrá quien prefiera La hora de José Mota en La 1. No está mal. O Supernanny y Callejeros en Cuatro. Tampoco está mal. O Atrapa un millón en Antena 3. Pues vale. Pero lo de Sálvame Deluxe en Telecinco, eso, de verdad, no hay quién lo entienda.