Hace ya muchos meses que Rafa Castaño logró los 2,272 millones de euros del bote de 'Pasapalabra' y aún no ha podido volver a anonimato que tanto ansía. El sevillano, de 33 años, intenta recuperar un poco de vida íntima tras convertirse en una de las caras más conocidas de la televisión tras su paso por el concurso de Antena 3.

Junto a él, Orestes Barbero, quien se llevó un acumulado de más de 215.000 euros que le ha permitido, entre otras cosas, realizar un gran viaje por Tierra Santa.

Rafa Castaño, tras ganar el bote de Pasapalabra

Dado su impacto público, muchos medios de comunicación se pusieron en contacto con el concursante para conseguir una entrevista. En una de las que concedió, habló abiertamente sobre uno de los detalles que más curiosidad causa a los seguidores de 'Pasapalabra': en qué se va a gastar el dinero del bote.

Fue con la revista 'Pronto' con quienes trató en profundidad su relación con Orestes, así como otros aspectos de su lado más personal. Rafa Castaño y el burgalés compartieron programa durante meses y, tras la conquista del bote, su relación pasó a ser prácticamente inexistente.

Preguntado por si sentía que debía compartir el bote, el sevillano fue claro: "¿Regalarle algo? Se ha llevado 220.000 euros; no se ha ido con las manos vacías, pero si voy a Burgos, seguro que nos tomaremos una cerveza". Sin embargo, ese encuentro todavía no se ha producido y, pese a que la relación entre ambos es buena, reconoce que "fuera de los platós no hablamos mucho".

Rafa Castaño y Orestes Barbero, el día que el primero ganó el bote de Pasapalabra. A3

Acerca del bote de Pasapalabra y descontando lo que se ha quedado Hacienda del suculento premio, Rafa Castaño afirma que no necesita grandes lujos y que, por lo tanto, no lo está empleando en comprarse cosas que antes no estaban al alcance de su bolsillo.

Ya antes de ganar el bote de Pasapalabra, el sevillano avanzó que si finalmente era para él, lo utilizaría para ganar en tranquilidad y dedicarse a trabajar en lo que quisiera, sin prisas ni agobios, en ahorrarse estrés y problemas de corazón.

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Y, al parecer, lo está cumpliendo a rajatabla. Rafa Castaño, según ha aseverado en la entrevista, no tiene interés en acumular lujosos bienes materiales. "No quiero un piso, ni un coche ni lujos, porque no los necesito", dijo.

Puede sonar raro, como él mismo reconoce, pero en lo único que piensa a la hora de gastarse el bote de Pasapalabra es en algo tan sencillo como "comprar libros, tumbarme y leérmelos", además de "comer y viajar". Placeres humildes y sobrios para un concursante, Rafa Castaño, que siempre ha hecho gala de una gran discreción y sinceridad.