Esquerda Unida y Anova, liderada por Xosé Manuel Beiras, participarán en las elecciones regionales, bajo el lema Alternativa Galega de Esquerdas. Beiras regresa a la política activa cargado de experiencias, intensamente vividas y observadas. Su nueva aventura, unido a EU, fuerza política cuasi testimonial, tiene en sí misma preocupaciones paleontológicas para rememorar hechos y figuras ya olvidadas. De Beiras, personaje inscrito siempre en la vida pública, podría decirse por su talento y brillantez lo que manifestaba de Hölderlin el carpintero de Tubinga, que lo albergó en su casa en varios lustros: "no le falta ningún tornillo, sino que le sobran". Como catedrático de Economía, Beiras debe aportar ideas para reducir el actual sistema autonómico. Achicar su elefantiásica administración es un problema de supervivencia. Menos recortes y ajustes al ciudadano y más tijeras en entelequias y mamandurrias político-administrativas. Por eso, resulta llamativo que ningún partido llame la atención por aplicar medidas tan necesarias que, si no se toman urgentemente, nos vendrán impuestas. Así, vemos como a la onerosa Ciudad de la Cultura continúa el acarreo de nuevos organismos -Amtega y Agadic, los más recientes- poblados de personal, que alteran la esencia misma del recinto, y evocan la pertinaz inepcia en buscarle contenido. Seguramente irán al Gaiás otros apéndices de la administración, prescindibles y que parecen hogares del jubilado o abrevaderos, donde se receban apaniguados y gentes del buen vivir. Estos ejemplos no deben escapar a la observación de los ciudadanos cuando les reclamen su voto.

La sociedad coruñesa, en imparable estado de mudanza, necesita políticos con ingenio, sin preocupación por su continuidad. Los ciudadanos coruñeses tendrán ocasión magnífica de expresar su desilusión por las convicciones lábiles de quienes nos gobiernan, a cuyo ideario, poco estimulante, unen el escaso conocimiento de la historia herculina. El caso de Alvedro es paradigmático; privar de una plaza a los grandes benefactores de la ciudad, los Hermanos Labaca, es otra muestra de cómo asuntos urgentes y sentimentales, tienen como respuesta tópicos abstractos u ocultistas. Nuestros gobernantes locales actúan como autócratas de una "derecha moderna", conservadores que no conservan nada; son políticos sin relato.