El Deportivo retorna esta semana al mejor campeonato de fútbol del mundo con el reto de consolidar su permanencia en Primera, obligado requisito para la viabilidad del club. La ansiada vuelta del Deportivo a Primera era un paso imprescindible para el futuro de la entidad, una vez encarriladas las rutas para hacer frente a la deuda de la sociedad con la aprobación del convenio de acreedores y los acuerdos con Hacienda y los bancos, este último aún pendiente de firmar.

El pacto final con los acreedores financieros, de acuerdo con las declaraciones del presidente deportivista Tino Fernández, mantendría la carencia de pago en los dos próximos años, al igual que la deuda ordinaria fijada por el convenio de acreedores. Esto supone que el Deportivo tendrá en estas dos próximas temporadas el mayor desahogo en sus exigencias de pago de la deuda acumulada, lo que debe aprovechar para confeccionar un equipo competitivo para lograr una permanencia estable en Primera que asegure su viabilidad.

Para el club coruñés resultará absolutamente prioritario en su estrategia mantenerse en Primera en estos dos próximos años, ya que a la tercera temporada se abrirá para los clubes de la élite un nuevo horizonte financiero mucho más favorable con la prevista entrada en vigor del nuevo reparto de derechos televisivos. En 2016, el Deportivo deberá comenzar a afrontar el pago de la deuda bancaria y la ordinaria, pero llegaría también un importante refuerzo de ingresos con la entrada del nuevo reparto de los derechos televisivos, que serán negociados en bloque por la Liga Profesional de Fútbol, incluidos Madrid y Barcelona. Los ingresos globales de la Liga pasarán de 800 a 1.000 millones por este concepto, tras la penetración en el decisivo mercado televisivo asiático. Los cálculos adelantados por la prensa económica estiman que un equipo del nivel del Deportivo pasaría de cobrar los 21 millones que venía percibiendo en Primera a 30. Un aumento de casi el 50% de los ingresos por derechos de televisión, que cubriría prácticamente la exigencia de la deuda.

De mantenerse la carencia en el acuerdo final con los bancos, como parece desprenderse de las afirmaciones de Tino Fernández, el Deportivo solo debería hacer frente en los dos próximos años al pago de la deuda con Hacienda, que supondrían entre 5 o 6 millones anuales más intereses, una cantidad similar a la que el club venía desembolsando ya por la deuda bancaria antes de entrar en el proceso concursal. Esto le permitiría afrontar la confección de un equipo competitivo para mantenerse en Primera en 2016, cuando aumente su amortización de la deuda, pero también los ingresos televisivos.

A partir de 2016, a esos 5 o 6 millones anuales de amortización a Hacienda -en función de cómo quede el reparto final entre Hacienda y los bancos de los 22 millones embargados- se le sumarían algo menos de 1,5 millones por el débito ordinario y el pago de la deuda bancaria. Pero sus ingresos televisivos crecerían hasta unos 9 millones anuales, según han estimado diversas publicaciones especializadas. Esto supone que el Deportivo, pese a su importante deuda, es un club no solo viable sino rentable siempre y cuando conserve su plaza en Primera. Un descenso a Segunda revelaría la letalidad del acuerdo con Hacienda, ya que haría prácticamente imposible de cumplir el plazo de pago fijado con la Agencia Tributaria.

El club coruñés ha recibido desde el cierre del proceso concursal un refuerzo económico de unos ocho millones de euros por conceptos que no figuraban en las cuentas concursales, como los dos millones por el traspaso de Filipe Luis del Atlético al Chelsea o demandas ganadas en los juzgados, como la publicidad adeudada por Santa Mónica Sport o el traspaso de Luque.

El retorno del Deportivo a la élite del fútbol se produce por otra parte tras un año convulso en el que el club coruñés tuvo que superar un difícil concurso de acreedores y afrontar un relevo en la dirección que ha dejado aún algunas cicatrices. Otro de los desafíos, y no el menor, es acabar de restañar la unidad de la afición, uno de los valores patrimoniales más sólidos del club blanquiazul, que ha respondido de manera ejemplar en estas últimas temporadas de alto riesgo para la supervivencia del Deportivo. Una afición que antepuso siempre los intereses de la afición, mientras intereses tan espurios como oscuros conspiraban en su contra y aquellos con influencia para salvarlo lo dejaban en la estacada. Resulta innecesario poner nombres porque están en la mente de todos.

El Deportivo cuenta a escasos días de hacer su debut en Primera con 21.000 abonados, los mismos con los que contaba el año pasado en Segunda. Se echa en falta, así pues, ese plus de ilusión que debería generar el retorno a la élite.

En esta tesitura, el acierto en la gestión deportiva y en la confección de un equipo competitivo en estos dos próximos años de menor exigencia en la deuda cobra la mayor importancia en las prioridades del club coruñés. Tanto para asegurar la futura viabilidad del Deportivo y su continuidad en el mejor campeonato de fútbol del mundo, donde sus colores se han ganado unos galones de histórico prestigio, como para revitalizar la ilusión de la mejor afición futbolística de España.