A Coruña y los concellos del área metropolitana afrontan meses claves en un diseño de movilidad que rompa con las barreras del pasado, aún vigentes, y apueste con firmeza por un modelo que invite a dejar el coche en casa y a moverse en transporte público. La reconfiguración de la red del autobús urbano en A Coruña, el nuevo contrato de esta concesión municipal y de las rutas del transporte metropolitano, sus nuevas tarifas rebajadas, la consolidación de la penetración de los buses de la comarca en el centro de la ciudad, la propuesta de los concellos para una gestión común de la movilidad a través de una Autoridad Única de Transporte, la definición y construcción de la estación intermodal de San Cristóbal? Son un conjunto de iniciativas sobre las que se deberá sustentar un nuevo modelo, a partir del objetivo de lograr una mayor utilización del transporte público y una menor dependencia del coche privado.

La Mesa de Alcaldes del área coruñesa, de la que solo se desmarcan los regidores del PP (Arteixo, Carral y Abegondo), ha acordado este mes invitar a la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, a participar con ella en la constitución de la Autoridad Única de Transporte desde la que pretende "planificar, coordinar y gestionar" el servicio de transporte metropolitano. Esta entidad, todavía en fase embrionaria, supondrá la primera piedra de la futura área metropolitana, para la que el Gobierno local de A Coruña tiene el apoyo del resto de alcaldes, pero no del grupo municipal del PSOE, al que necesita para sumar mayoría absoluta en el pleno. Los socialistas se oponen a comenzar a construir el área por la propia área, al contrario de lo que defienden en Vigo, donde gobiernan, y han forzado que esta casa común comience a edificarse por el transporte.

El estudio presentado por A Coruña en la Mesa de Alcaldes sobre el estado del transporte en la comarca evidencia, con cifras apabullantes, la necesidad de cambiar el modelo. El 83% de los vecinos de la comarca utiliza el coche privado para desplazarse entre los ayuntamientos del área metropolitana y solo el 11% emplea el autobús, es decir, por cada ocho viajeros en vehículo privado solo hay uno que se sube a un autocar. Ni la bicicleta ni el taxi alcanzan el 1%. Y el 6% de quienes van de un concello a otro lo hace a pie. El uso del autobús público ni siquiera llega a duplicar los desplazamientos a pie entre municipios. Desolador. Dentro de los concellos, la proporción varía. Un 48% de los vecinos se mueve dentro de su término municipal en automóvil y un 39%, a pie. El uso del autobús sigue siendo escaso, con el 11%.

No resulta extraño que los autores del diagnóstico concluyan que "el vehículo privado es el principal protagonista de la movilidad metropolitana". Su informe apunta, entre otros, a un motivo: la centralidad de A Coruña en la red del transporte público en la comarca. De las 68 conexiones actuales de autobús metropolitano, solo ocho no tienen a la ciudad ni como origen ni como destino.

A Coruña es el mayor polo de atracción económico y social de la comarca, pero las últimas décadas han configurado un área metropolitana que no solo mira hacia la ciudad, sino que ha tejido relaciones entre concellos que deben ser tenidas en cuenta en el diseño de la movilidad. Abegondo, Bergondo, Betanzos y Sada son municipios con más desplazamientos de sus vecinos a otros concellos que a A Coruña. Solo Arteixo, con el 83% de los desplazamientos con la ciudad; Culleredo (70%); y, en menor medida, Oleiros (66%) y Cambre (60%) miran más hacia la ciudad. La actual red de autobuses metropolitanos no tiene en cuenta estas relaciones y dista mucho de ser una verdadera alternativa al vehículo privado, privando a los vecinos de la comarca de conexiones directas, sin la obligación de pasar por A Coruña. La Xunta, que posee las competencias del transporte interurbano, deberá corregir esta situación en el nuevo mapa de líneas, que licitará para su adjudicación a finales del próximo año.

Más allá de un ente que le otorgue jerarquía administrativa y jurídica, el área metropolitana la construyen cada día los ciudadanos con sus movimientos, decisiones y relaciones. Y para facilitarles la vida, o al menos para no complicársela, es imprescindible una coordinación de acción entre los ayuntamientos y, por qué no, la Xunta, corrigiendo disfuncionalidades como la actual malla de transporte público en la comarca. La constitución de un área metropolitana, ahora paralizada por la falta de consenso en A Coruña, o, en su defecto, una Autoridad Única de Transporte, hacia la que caminamos con más certezas, puede suponer el mejor tablero donde marcar esas nuevas reglas de juego de la movilidad. Pero no bastará. Hará falta que los jugadores que se sienten en ella -concellos y Xunta- apuesten única y exclusivamente por el bien común, sin corsés ni ideológicos ni políticos ni de rédito electoral. Será entonces cuando, a las puertas de la contienda electoral de las municipales, en mayo próximo, demuestren si realmente están a la altura.