Entre las formas del vandalismo urbano destaca la proclividad de algunos gamberros que, además de borronear muros inmaculados, paredes de edificios catalogados y propiedades privadas recientemente restauradas, se han lanzado audazmente a los cascos históricos como lo evidencian el asalto a la fachada de las Platerías o a los monumentos de la Ciudad Vieja de La Coruña. Para el ciudadano, no es infrecuente encontrarse con leyendas, aparentemente indescifrables, que esconden en sus signos cabalísticos mensajes no solo románticos o insultos, también invitaciones al delito. En nuestra ciudad, han aparecido asimismo grafías de carácter agareno, de las que se sirven nuestros convecinos árabes o subsaharianos, para cruzarse mensajes de ayuda y solidaridad. El grafiti, en sus inicios vandalismo juvenil, ha ido evolucionando en muchos países de América hasta llegar a recrear el paisaje urbano. En Argentina son famosos Los Vergara, que solo actúan con el permiso de los vecinos y de la autoridad pertinente. Su obra es muy celebrada, como autores de verdaderas ficciones paisajísticas que han ennoblecido parajes o muros degradados carentes de interés. En Granada, en el barrio de Los pajaritos, los Urbano Writters acudían a quienes solicitaban sus servicios, cuyos diseños elaboraban mediante el ordenador. Como se deduce, el arte callejero es una excelente escuela. Un simple espray puede cambiar o mejorar cualquier perspectiva urbana.

Otrosí digo

En Culleredo, un grupo de jóvenes bajo la dirección de la profesora Iria Fafián, han decorado las paredes del edificio municipal de Servicios Múltiples, radicado en El Burgo. Es un ejemplo a imitar, sin necesidad de recurrir a emborronar el tesoro urbano de nuestro patrimonio cultural. Conviene recordar que la falta de seguridad y vigilancia es una asignatura pendiente. Esta tarea que compete a la Policía Municipal y al Policía Nacional ha de recuperar su vigencia. Nuestro flamante delegado del Gobierno y exacalde, conocedor del paño, deberá ocuparse con firmeza, una vez que termine de rellenar "las hojas en blanco", dice, que le dejaron sus antecesores.