Mañana elegimos a nuestros representantes en el Parlamento europeo sin hablar prácticamente nada de Europa ni de la UE. Hay elecciones europeas, pero casi no ha habido campaña y menos precampaña. Si las europeas no se celebraran con las municipales y autonómicas, sería muy dudoso que fuesen válidas dada la abstención, prácticamente general, que se produciría. Me dirán que, "precisamente por eso, las europeas siempre se arriman a otras elecciones. Para salvar la situación del desinterés del electorado". Dramática situación, pienso yo, si consideramos el peso fundamental y creciente que la Unión tiene en nuestras vidas. En Galicia, por cierto, de un modo especial, dado el peso que en nuestra economía tienen sectores como el agropecuario o la pesca. Elegimos, sí, a representantes nuestros, pero sin saber a quién, ni para qué específicamente, ni con qué programa concreto para desarrollar en la UE. Si seguimos haciendo lo mismo salvaremos las apariencias, pero no habrá nunca una ciudadanía europea consciente de sí misma y, por tanto, la democracia en la Unión será solo formal y un tanto de mentirijillas, precisamente en un momento en que la extrema derecha trata de ocupar el mayor espacio europeo posible para lograr la implosión del proyecto. Proyecto todavía in fieri, pero ya con un contenido institucional, administrativo, económico, político e incluso cultural suficientemente denso y amplio para que su consolidación sea posible. Lo ya conseguido no puede perderse y tampoco puede detenerse, so pena de retroceso. Pero para ello es imprescindible la generación de una profunda y extensa conciencia europea y europeísta entre la ciudadanía europea. Conciencia que ha de promoverse desde los Estados miembros y desde la propia Unión dedicando recursos y programas eficaces y eficientes para ello. Después de una intensa campaña de concienciación que dure el tiempo necesario, será preciso que las elecciones la Parlamento europeo se celebren separadas de las demás, con entidad propia y, sobre todo con las correspondientes campañas y debates, que contribuyan a madurar nuestra conciencia democrática como ciudadanos de la Unión. Construir definitivamente la UE es ya cosa urgente y de todos.