La expresión de que la política hace extraños compañeros de cama es de origen británico. La utilizó Manuel Fraga, por allá en los años sesenta setenta, para explicar su alianza con López Rodó, con quien tuvo notables diferencias.

Son días de lluvia de ofrecimientos y ocurrencias para llegar a pactos de gobierno, tras las elecciones del 26-M. A la hora de pactar, algunos ponen énfasis en la coherencia, y otros en la flexibilidad necesaria para llegar a acuerdos, eligiendo alianzas lo más lógicas posibles, no necesariamente las ideales. Eso genera estos días un debate continuo, y muchas opciones están abiertas, como así lo hemos querido los españoles con nuestro voto.

Algo hay en nuestros genes hispánicos que nos lleva a colorear la vida con el blanco o el negro, no se nos da muy bien el gris o la mezcla de colores. También por nuestra historia y cultura tendemos a reduccionismos, a veces muy simplistas, de manera que en política queremos encasillar todo con la etiqueta de izquierda o derecha, cuando en realidad la vida política es un caleidoscopio.