"Un frío día de diciembre de 1951, doña Josefina obtuvo el nombramiento, y como estaban las vacaciones de Navidad por medio, tomó posesión de la escuela de Basarán (Sobrepuerto), veintitrés días después. Doña Josefina nació en La Unión (Murcia) en 1911. Se hizo Maestra de Primera Enseñanza en 1932, durante la República, cuando el Director General de Enseñanza Primaria era Rodolfo Llopis. A los veintidós años ejerció como interina en su primera escuela cerca de su pueblo. Situación en la que siguió en doce escuelas más, y en una como sustituta, antes de ser nombrada para Basarán, como maestra propietaria rural. Fuera como fuese, en Basarán se quedó, soportando las largas noches del invierno oscense de montaña. Al final de enero de 1952, la Sección Administrativa de Primera Enseñanza le pidió algunos certificados que faltaban en su expediente, pero contestó que no los podía enviar porque había un metro de nieve, y los caminos estaban cerrados. Su padre, en esta ocasión, se encargó de hacerle algunos trámites, y escribió una carta, al Delegado, comunicando que su hija no podía certificar el cese de una de las escuelas en la que ejerció en 1939, puesto que al liberarse la zona, automáticamente cesaron todas las maestras interinas, y a ninguna certificaron el cese, ya que cuando tomaron posesión las nuevas autoridades, y nombraron las juntas pertinentes, no quisieron intervenir en los asuntos anteriores a su nombramiento. Así que a las dificultades de las comunicaciones y de la climatología, se añadían las exigencias burocráticas, y las consecuencias de una guerra, en la que los servicios interinos prestados no servían para méritos del currículo. Y se dispuso llevar a la práctica el modelo de distribución de tiempo y trabajo en una escuela mixta. Mientras pasaban los días sin cobrar, haciendo su situación más incómoda." Vayan estas letras como un modesto homenaje a todos los maestros que, como doña Josefina, se dejaron la piel por los pueblos españoles de la postguerra.