S í, a buenas horas Rivera saca un conejo de la chistera que nadie le ha pedido y que para nada servirá porque es una nadería que, eso sí, favorece a Sánchez. Después de haber rechazado hablar con Sánchez y haberle descalificado como nadie sale ahora Rivera con una oferta de abstención si Sánchez se aviene a componer un gobierno constitucionalista en Navarra, a abrir una mesa de conversaciones incluyendo al PP sobre la situación de Cataluña con dos asuntos, la aplicación del 155 y el compromiso de no indultar a los que sean condenados por el TS y, en fin, a bajar impuestos o a no subirlos. La respuesta de Sánchez sobre la marcha fue la esperada, ya estoy cumpliendo las tres condiciones de modo que debería abstenerse sin más excusas.

Lo de Rivera suena a último recurso, vistos los pronósticos que los sondeos anuncian para Cs, pero evidencian algo más. Sus escasas dotes para la improvisación que en este caso simplemente acreditarán una vez más que se mueve como las veletas. Otra cosa hubiera sido ofrecer a Sánchez hablar sobre esta propuesta la misma noche de las elecciones del 28 de abril. Lo cierto es que las tres condiciones ya estaban sobre la mesa y las conocía Sánchez porque de un modo u otro las había presentado también el PP y porque a estas alturas de la película que empezó con la moción de censura todo lo que separa al centro derecha de Sánchez y Podemos está muy claro y es de conocimiento público. Como lo es que Sánchez una y otra vez ha reiterado que quiere un gobierno de izquierdas y que con el PP no va ni a por setas ni a por rólex. Sánchez va a salir ganando con el conejo salido de chistera de Rivera porque este se ofrece ahora como derrotado cuando pudo haberlo hecho sumando 180 escaños con potencia para condicionar la labor de Sánchez. Y de paso pudo haberse ahorrado las bajas doblemente importantes que viene sufriendo su partido, por el renombre de esos militantes y por los argumentos esgrimidos que Rivera no ha sabido rebatir este verano.

Pero además Rivera da muestras de una ingenuidad impropia de quien es ya todo menos un novicio en la política. Lo de Navarra ya está hecho y no tiene marcha atrás porque Sánchez aceptó la presidencia de Chivite para que no cayera en manos de Navarra Suma. Pretender ahora mes y medio después de la investidura de la socialista Navarra poner la moviola es una ingenuidad incomprensible. Eso sin contar que Sánchez ya asegura que en Navarra hay un gobierno constitucionalista. ¿No sabe Rivera que los socialistas siempre preferirán una sociedad con los nacionalistas de cualquier sitio antes que con el centro derecha? Sobre Cataluña también se equivoca Rivera y no debería porque conoce de sobra al PSC. Además, aunque coincido en que hay situaciones en Cataluña que avalarían algunas medidas en el marco del artículo 155, no creo que eso deba abordarse con publicidad y justo ante la inminencia de la sentencia. Sobre el indulto es evidente que Sánchez no se deja atar de pies y manos y hará lo que le convenga. Y algo parecido ocurre con la fiscalidad que nadie puede prever lo que será conveniente o imprescindible sonando más bien esta petición al tributo imprescindible al ala liberal del partido.

Rivera ni pone en un brete a Sánchez ni debilita al PP. Tras el éxito de Arrimadas en Cataluña llegó la inacción, la marcha a Madrid, unos fichajes de mucho ruido y pocas nueces y después nada. Con este conejo Rivera haría de Sánchez un presidente inmune a la moción de censura aunque incumpliera los compromisos.