Un sueño no es un capricho pasajero. Un sueño es un sentimiento recurrente en ti que procede de tu interior, del fondo de tu corazón y se repite.

No lo silencies, permítele que hable, que fluya y que te llene de ilusión.

Desear está bien solo si se convierte en voluntad, en acción, de no ser así, se quedará en un sueño y puede transformarse en una fuente grande de frustración.

Cuando sueñas y no actúas utilizas verbos como: querría, haría, me gustaría. Convertir un sueño en voluntad es ponerse a hacer desde el corazón, la única forma de conseguir lo que deseas.

Porque un viaje de 1.000 kilómetros comienza con un solo paso, el primero que sin duda es el más difícil, ya que implica movimiento: tu plan de acción.

Nunca permitas que nadie te diga que no puedes hacer algo. Si tienes un sueño, protégelo. Las personas que no son capaces de lograr metas por ellas mismas, te dirán que tú tampoco puedes, pero recuerda que las buenas ideas eligen a personas que no les fallen.

La mayoría de los obstáculos que encontrarás en tu camino a la felicidad son imaginarios. Los crearás tú, son tus miedos. ¿Y sabes por qué lo haces?

Porque llegar a los lugares que has soñado resulta abrumador.

Cumplir un sueño siempre da miedo, porque estás acostumbrado a lidiar con las dificultades de la vida pero no a recibir regalos. Si te acostumbras a lo malo, cuando llegue algo bonito puedes creer que no te lo mereces y tu mismo hacer por perderlo...

Siempre he pensado que en algún lugar tiene que existir un cementerio lleno de sueños de todas esas personas que ya se fueron sin cumplirlos…

Esperar a que el universo provea trae años de sufrimiento sin avanzar. Sin acción no hay transformación.

Thomas Edison decía que los que dicen que es imposible, no deberían interrumpir a los que lo están haciendo posible.

¿Algunas pistas para cumplir tu sueño? Escribe en un papel lo que quieres lograr con todo lujo de detalles. Ponle una fecha realista en tu calendario y traza un plan de acción que incluya pequeña metas. Poco a poco te irás acercando a tu objetivo final. Cuando lleguen las vacas flacas y sientas tentaciones de abandonar, mira hacia atrás y felicítate por todo lo que has conseguido.

Cuando te centras en tu plan de acción, el miedo se evapora y si todavía persiste, entonces transítalo y sigue adelante. El mejor plan de acción siempre es el que se ejecuta.

Probablemente una vida no sea suficiente para cumplir todos tus sueños, posiblemente algunos cuando los consigas no serán lo que esperabas. A lo largo del camino surgirán mil resistencias internas y externas para que abandones, pero no lo hagas, porque al final del proceso está tu mejor regalo y no será solo la materialización de tu sueño, sino el tipo de persona en la que te habrás convertido.

Desea desde tu alma, sueña desde el corazón. Porque hay historias que no se escriben con palabras sino dando pasos hacia delante.