Una tuitera anglosajona que se define en su perfil como “partera”, practicante de yoga de la variedad Kundalini y directora de partidas de rol expresó hace unos días, después de visitar la Torre de Hércules, su entusiasmo por encontrarse en la vida real con infraestructuras “que usas jugando”. Nuestra visitante, según sus propias palabras, se centra en el juego D&D, en romance Dragones y Mazmorras, en el que los jugadores encarnan a héroes en mundos medievales de fantasía Su experiencia debiera ser inspiradora para nuestros políticos, y proponemos que den un paso adelante y conviertan la ciudad en destino del turismo de espacio de ocio alternativo. Pueden, por ejemplo, acudir al pleno disfrazados de elfos, enanos y orcos, dividiendo las especies por líneas políticas, y, en vez de votar las mociones, tirar dados o combatir con espadas de poliespán; los maceros podrían ceder trajes y armas de época. De nada.
