La ciudad vio ayer interrumpido su ritmo debido al maratón Coruña42, que congregó a medio centenar de corredores dispuestos a culminar el recorrido. Un total de 407 participantes fueron capaces de traspasar la línea de meta tras correr una distancia de 42 kilómetros y 195 metros. Con lo que muchos no contaban era con los “obstáculos” que encontrarían antes de llegar al final. Un inesperado apagón hizo que dos de los arcos hinchables que señalaban el final del recorrido se deshinchasen en plena carrera, lo que obligó a los voluntarios a sujetarlos, brazos en alto, para evitar obstaculizar el recorrido a los corredores, que tuvieron que sumar buenos reflejos a su capacidad de resistencia.