Para la legítima protesta hay formas y formas. Hay quien lo hace por cauces oficiales, y hay quien procede como el vecino de Sada que, harto de que las campanas de la iglesia perturben su descanso, ha colgado la siguiente nota en un contenedor de residuos del entorno del templo que así reza: “Señor cura, vive usted en una comunidad de gente (...) que necesitan descansar el domingo, que, como dijo su querido Dios, es para eso (...) si se ha muerto alguien ya se ha enterado todo pichichi (sic) Déjenos descansar, no va a resucitar el muerto por mucho que toque la campanita. Nos tiene hasta el moño, aprenda a convivir”. La asociación vecinal ya se ha desmarcado de estas declaraciones.
SI NO LO LEO NO LO CREO