Opinión

Policrisis en Davos

Dicen los organizadores del Foro Económico Mundial, de Davos, que se han quedado sin palabras para describir lo que hoy está ocurriendo en el mundo y que han tenido que utilizar una nueva: “policrisis”. El término, ya anticipado en un artículo de Finantial Times en octubre pasado, quiere hacer referencia a una situación de riesgos múltiples, coincidentes en el tiempo, y con una interdependencia tan fuerte entre ellos que es capaz de amplificarlos y retroalimentarlos hasta un límite que lleva a los organizadores del Foro a temer por “un estado de crisis perpetuo” en los países más vulnerables.

El informe sobre Riesgos Globales 2023 presentado por los organizadores de Davos pocos días antes del inicio del encuentro, el 16 de enero, es desolador. Los autores subrayan que la pandemia mundial y la guerra en Ucrania han puesto en primer plano las crisis energéticas, inflacionaria, alimentaria y de seguridad que ya parecían guardadas en el baúl de lo “antiguo”. Además, la normalización de la política monetaria ha puesto fin a la era del dinero barato. Señalan que la interconexión de estas crisis conduce a riesgos que dominarán los próximos años, tales como el de recesión, sobreendeudamiento, o estallidos sociales por el elevado coste de la vida. Y añaden que las tensiones geopolíticas están abocando a los estados a una remilitarización y que la falta de cooperación alimentará, la polarización y la lucha entre países por los recursos y la inversión, en una suerte de sálvese quien pueda que ya está haciendo saltar chispas incluso entre aliados, como EEUU y Europa. “Son las condiciones geoeconómicas más difíciles en una generación”, concluye el informe. Además, todo este cóctel de riesgos urgentes acabará retrasando la agenda contra el cambio climático.

Si la capacidad de prospectiva del Foro de Davos es acertada, nos asomamos a una década ante la cual la propia palabra policrisis se quedará muy corta. Habría que inventar otra.

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