Opinión | Un minuto

No somos jabalíes

Invitado a comer en Santa María de Ois, nada más llegar me muestran un trozo de finca como si hubiese pasado un motocultivador por lo revuelta que está la tierra aún con restos del cultivo que allí antes se hubiese plantado. –Todo eso lo han hecho los jabalíes, me explica Eduardo; al tiempo que me señala los huecos en una alambrada por los que pueden colarse los animales en busca de unos bulbos en las raíces de ciertos cultivos que debe ser el manjar preferido de los cerdos salvajes. Me sorprende que, hozando con el morro, logren levantar la tierra para llegar hasta las raíces, quizás rascando también con las pezuñas. Me planteo el instinto salvaje de estos animales hocicando en las basuras, en los montones de tierra, al igual que hay personas que sólo se complacen con el sexo, y lo rebuscan con ocasión y sin ella. Hay una súper exposición de todo lo sucio del sexo, la pornografía, la pasión carnal, que queriendo demonizarla, no hacen sino exhibirla de forma que incitan a adentrarse en esa basura. Afortunadamente, los seres humanos no somos jabalíes, con el morro y los ojos bajos sólo pendientes de hozar. Se ha dicho que el sexo es participación en el poder creador de Dios, de ahí su dignidad en el matrimonio de un hombre y una mujer.

Suscríbete para seguir leyendo