Artículos de broma

¡Salvad al rico! (de sí mismo)

Javier Cuervo

Javier Cuervo

Los socialdemócratas siempre incordiando a los ricos por culpa de los pobres. Si los liberales no fuera sus paladines los ricos estarían indefensos. Con todo, socialdemócratas y liberales siempre dicen preocupase por trabajadores y pobres, pero los preocupantes de verdad son los muy ricos, que cada vez más y con mayores fortunas. Hay egoístas que dicen que a los ricos hay que dejarlos en paz, pero ¿cómo no preocuparse por personas que sufren bulimia dineraria y mueren dejando fortuna a 20 generaciones de descendientes? Ese desapego por sí mismos y por el sentido de la propia vida sólo es equiparable al de los que duermen bajo los puentes en los límites áridos de la supervivencia.

La suma de ingenuidad y expectativas a los 19 años puede dar resultados extraños, pero no se me quita de la cabeza Suleman Dawood, muerto en el sumergible Titán, quien quería completar en 12 segundos el cubo de Rubik a 3.700 metros bajo el mar en la ruina batial del Titanic. Esa aportación a la ciencia le costó a su padre 250.000 dólares y al chaval, la vida. Hay que proteger de sus padres a los hijos de los ricos.

Shakira. ¿Cómo no querer a una mujer tan cariñosa, capaz de hacer una escala de su avión privado en Barcelona para besar a la persona que amaba, el Piqué anterior a sus últimas canciones? Una investigación de Boeing sobre el riesgo en aviación diagnostica que los momentos más peligrosos del vuelo son el despegue y el aterrizaje. Hay que proteger a Shakira de sí misma cuando se arriesga despegando y aterrizando a golpes de endorfinazo y hormonazo, como un animalito.

Hay que preocuparse por los ricos y cuidarlos del desapego de sí mismos y del sentido de la vida. Un sistema eficaz es quitarles legalmente la cantidad de dinero a partir de la cual cometen locuras. ¿Qué hacer con lo recaudado? Para evitar tentaciones de la riqueza, cosas baratas: que los salarios lleguen a fin de mes, que haya educación y vivienda, que las personas coman tres veces al día. Preocuparse por los milmillonarios produce beneficios marginales.

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