Canarias y mucho más

La bandera de Canarias, en una imagen de archivo.

La bandera de Canarias, en una imagen de archivo. / Shutterstock

Fernando Clavijo

Fernando Clavijo

A cuatro días de constituirse el Congreso de los Diputados y votarse cómo quedará configurada la Mesa de la Cámara Baja nada parece claro. La misma incertidumbre con la que se despertaron los ciudadanos el 24 de julio sigue presente; existen dos alternativas para presidir el Gobierno del Estado y ninguna de las dos cuenta, ahora mismo, con los votos suficientes como para sacar adelante no ya una investidura; ni siquiera una segunda votación en la que ya no hacen falta 176 síes sino tan solo tener más votos a favor que en contra.

Coalición Canaria ha sido clara (como lo ha sido siempre, conviene recordarlo) y ha puesto sobre la mesa una Agenda Canaria; un documento con asuntos de interés vital para unas islas que reclaman recursos y respeto para su fuero y su Estatuto sin violentar a ningún otro territorio ni buscar agravios comparativos.

Una ‘Agenda Canaria’ con la que reclamamos que los problemas de Canarias y las políticas para las islas sean considerados cuestión de Estado. Llevamos más de un lustro sumando incumplimientos. Desde la aplicación de criterios especiales en los Fondos Europeos y Región Ultraperiférica a la financiación autonómica (sin revisar desde hace más de una década), pasando por un Pacto de Estado sobre Inmigración, el cumplimiento de nuestro Régimen Económico Fiscal Canario (REF) -ojo, el cumplimiento; ¡que lo que exigimos es que se cumpla la Ley!-, las aguas territoriales, políticas reales para la recuperación de la Isla de La Palma o, tan simple, como el desarrollo de nuestro Estatuto de Autonomía.

En lo que son incumplimientos la lista es enorme y nuestra posición firme como lo ha sido siempre. Coalición Canaria irá presupuesto a presupuesto y ley a ley para garantizar el mejor resultado para Canarias y la conquista y consolidación de derechos para los canarios y canarias. Lo hemos hecho siempre, cuando gobernamos y cuando estábamos en la oposición. No nos importa quien gestione los recursos o quien se atribuya el mérito de la consolidación de derechos que obtenemos de Madrid gracias a nuestros diputados; lo que queremos es que Canarias cuente con esos recursos y con más derechos.

Y todo eso lo hemos hecho combinando la agenda canaria con políticas transversales buenas para el conjunto del Estado. Nuestra ‘agenda canaria’ va, como siempre lo ha hecho, más allá e incluye, siempre desde la fortaleza que nos da ser un partido de Gobierno, compromisos de carácter social y económico para todo el Estado que, estamos convencidos, mejorarán la convivencia social y la calidad de vida de trabajadores y trabajadoras.

Les hablo de bonificar los incrementos salariales que mejoren los convenios laborales, de un gran pacto por la juventud, de garantizar y blindar los avances sociales que en este arranque del siglo XXI dibujan un Estado más plural y abierto y de impulsar el acceso a la vivienda. En definitiva, compromisos que más allá de Canarias impulsan y pueden hacen crecer social y económicamente a todos los territorios que conforman el Estado.

Con sensatez y desde la experiencia de Gobierno y de nuestros 30 años de historia como partido en la que hemos pactado con unos y otros y siempre a favor de Canarias. “Ni derechas ni izquierdas, Canarias”, eso repetimos una y otra vez en campaña electoral y eso es lo que ahora defendemos. Nadie puede ni debe asustarse porque cumplamos lo que prometimos hace un mes y que además es lo que venimos repitiendo décadas. Quienes se empeñan en empujarnos a uno y otro lado del espectro ideológico olvidando nuestro compromiso con la “obediencia canaria” olvidan interesadamente las cientos de veces que Coalición Canaria ha apoyado leyes e iniciativas de todos los partidos cuando hemos entendido que, vinieran de donde vinieran o quien las promoviera, eran necesarias y buenas para toda la ciudadanía.

De hecho, y aunque alguno pueda ofenderse, los nacionalistas que nos movemos en el marco de la Constitución hemos tenido y actuado con más sentido de Estado que el PP y el PSOE y solo hay que echarle un vistazo a las hemerotecas de los últimos años para encontrar ejemplos que refutan esa afirmación. Y a cuatro días de votarse la constitución de la Mesa del Congreso hay que poner en valor esa realidad que representan partidos nacionalistas que desde el marco que señala la Constitución, llevan décadas trabajando por sus territorios (como el caso de Coalición Canaria y el PNV) pero con sentido de Estado.

No es una ocurrencia, como he leído estos días, pensar que un partido como el PNV pueda tener peso específico de ese calado en esa constitución de la Mesa del Congreso. Como no lo es que un partido que no ha ganado las elecciones quiera postularse para articular una mayoría. Lo que no puede ser es ese empeño en hacer lecturas que solo se ajusten a la realidad del interés de quien las lee. Hay que abrir la mente, revisar lo que se ha hecho siempre y replantearlo; buscar nuevas soluciones a una realidad que ha cambiado. Las viejas recetas y costumbres no sirven para esta nueva realidad que nos han arrojado las urnas ¿Qué problema hay en dar voz y peso específico a nacionalistas constitucionalistas en un contexto como el actual?

Se vivió en el pasado, es cierto, a otro nivel, por gobiernos tanto de PSOE como de PP, que dieron representación en la Mesa del Congreso a CiU y al PNV pero, en un contexto como el actual, ¿por qué no buscar en los territorios y en partidos nacionalistas como el PNV una respuesta sensata y coherente para arbitrar el Congreso?

El Congreso debe hablar con todo el Congreso. No se puede mantener una situación en la que la mitad de los españoles son invisibles para PP o PSOE. Llevamos casi diez años sin diálogo real. Nos necesitamos todos, debemos convivir, necesitamos convivir para avanzar. Debemos contar con todos en la etapa que se abre tras la pandemia, centrarnos en serio en la gran oportunidad que nos dan los fondos europeos y el mejor árbitro para que gobierne la Cámara durante este proceso es el PNV. Es la cláusula de seguridad para que haya diálogo y de que el Congreso hable con todo el Congreso.

Coalición Canaria quiere garantizar esta etapa nueva. Y el primer paso es una Mesa del Congreso plural y no como se nos ha avanzado en los últimos días a través de ‘globos sonda’ en forma de titulares, no reconociendo la representatividad de millones de ciudadanos. Esa no es la fórmula, desde luego no la de Coalición Canaria, para salir de este bloqueo que impide avanzar y para acabar con este estado de bronca continua en el que parece que estamos instalados. Hay que salirse de esa senda y la mejor forma de hacerlo es dando un paso a un lado y abriendo un nuevo camino. Y hay que hacerlo ya. De hecho, dentro de cuatro días es un momento perfecto para iniciar ese recorrido.