Sol y sombra

Argentina

Luis M. Alonso

Luis M. Alonso

No es la primera vez que los argentinos se asoman al abismo. Ahora, en un momento nuevamente complicado de su historia, la política les obliga a elegir, como suelen decir los franceses, entre la peste y el cólera. Las opciones son: el peronismo que, sin necesidad de remontarse a un pasado más lejano, lleva hundiendo el país durante dos décadas; o el populismo ultra de Milei, un sujeto inclasificable que se declara libertario.

La desesperación ha escarbado tanto en las conciencias que no hace mucho leí cómo un 50 por ciento de la población argentina consultada estaría dispuesta a apoyar cualquier solución dictatorial que le proporcionase medios para subsistir en medio de la penuria económica que padece. En el país con mayores recursos de la región hace ya tiempo que se toman a broma la democracia, tras los fracasos sucesivos de sus dirigentes y cuando aún no se han cumplido 40 años del final de los crímenes de la Junta Militar.

Es todo una locura. La excandidata presidencial de la coalición que agrupa a partidos desde la derecha a la socialdemocracia, Patricia Bullrich, tercera en las elecciones del pasado domingo, ha anunciado ya su apoyo en el balotaje a Milei, al que el kirchnerismo encarnado por Cristina Fernández y el actual aspirante Sergio Massa impulsaron y financiaron para dividir a los opositores de Juntos por el Cambio y que ahora se ha convertido en el enemigo a batir. Este tipo de alianzas subterráneas son placas que generan movimientos sísmicos inesperados en la política argentina y pueden causar efectos destructivos contrarios. Milei, a su vez, utilizó contra Bullrich la famosa motosierra cuando la calificó durante la campaña de “montonera, tirabombas y asesina”. Ahora es Bullrich la que lo apoya.

El peronismo massista, antes kirchnerista, ha seguido mientras tanto con lo suyo: robar, propagar el miedo en las redes sociales, y repartir lavadoras y bicicletas para captar votos. El camino del populismo lo trillaron antes que nadie. Nadie les puede dar clases.

Suscríbete para seguir leyendo