Opinión

El Foro de la Toja, abril en Lisboa

El gran trasatlántico del pensamiento y la concordia, el buque de la hermandad y el diálogo, el vínculo atlántico que supone el Foro La Toja, arriba de nuevo a Lisboa, para celebrar “Cinco décadas de democracia” en la Península Ibérica. Cincuenta años ya de convivencia en libertad, con los vaivenes propios de quienes avanzan por procelosos mares de modernización, de logros cívicos, de rumbos inciertos que nacieron de impulsos ciudadanos ejemplares: la revolución más hermosa, la de los claveles, y la Transición más ejemplar. Muchos han sido los puertos, los puentes cruzados, también las tempestades, pero se han aprovechado y bien los vientos favorables bajo la bandera de conveniencia europeas, sin dejar de atender a las antiguas colonias, vadeando meandros encajados, a veces estrechos en sus posibilidades, pero siempre aceptables para la travesía lenta más de avances ciertos.

El patrón ahora es Amancio López Seijas, un gallego de Chantada, de interior, un sabio polímata que entiende como nadie los precedentes de vínculo y emoción, que quiere seguir los trazos de los Reyes de España, Juan Carlos I y Felipe VI, de Mario Soares o Felipe González, Manuel Fraga, Mariano Rajoy y tantos otros políticos —alcaldes singularmente—, empresarios, periodistas, intelectuales, ciudadanos, que supieron diluir las fronteras físicas, las separaciones históricas, para encontrar entre tantas nieblas, entre monarquía y república, entre ideologías confrontadas, los vínculos, el entendimiento, la sangre común, y obtener los Fondos europeos que han hecho de la Península Ibérica un hecho único de modernidad, ejemplar en sus diálogos, ambicioso en sus proyectos y provechoso en sus leales discusiones. Al presidente de Hotusa le asistirá un equipo con Carmen Martínez Castro.

“Apenas amanece, te me apareces (Lisboa) posada sobre el Tajo, como una ciudad que navega”, José Cardoso Pires (1925-1998), escritor portugués, dibujó en Lisboa. Diario de a bordo. Voces, miradas, emociones una hermosa metáfora, ampliable a Oporto, a todo Portugal, a la propia España. Como Pessoa vivió anclado a un único lugar cosmopolita, como Veermer a Delft o Chopper a Nueva York. El trabajo de la palabra, del diálogo al fin, de la conversación, es como el de los calceteiros, esos seres únicos que encajan en formas aparentemente imposibles, pero verosímiles, reales, piedras que insertan junto a otros piedras, para forman un suelo firme, hermoso, característico, donde asentar un mundo hermoso, tan feliz como el que portugueses y españoles propusieron con audacia a la civilización intencionalmente sana, allá en el siglo XV, de Asia a América, circunnavegando juntos el orbe, pese a las disensiones y a las rivalidades, lo que transformó para siempre la gran Historia y la cultura, que ahora dicen global. Ya lo era entonces. La magia es posible.

Y el conjuro se producirá de nuevo en la Fundaçao Calouste Gulbenkian, el 9 de abril, 16 días antes de que se cumplan los 50 años de la Revolución de los Claveles, la más humana, la más hermosa, la más musical. De ella hablará María Ignacia Rezola, Comisaria Ejecutiva de la conmemoración.

Entre los pasajeros del Foro Las Toja de Lisboa, figuran Marcelo Rebelo de Sousa, presidente de la República; Augusto Santos Silva, presidente da Assemblea; los presidentes de las Cámaras de Lisboa y Oporto, Carlos Moedas y Rui Moreira, justo a Jaume Collboni, alcalde de Barcelona. Hablarán Antón Costa, presidente del Consejo Económico y Social de España y moderará Cristina Callach, periodista experta en la UE. Y la guinda: los ex ppresidentes Felipe González y Mariano Rajoy, con los primeros ministros, Francisco Pinto Balsem, y Antonio Costa.

“... o Reino Lusitano,... onde a terra se acaba e o mar comença”. Luís de Camões (c. 1524-Lisboa, 10 de junio de 1580) escritor y poeta portugués, nos ofrece la metáfora perfecta, para una travesía con nuevos colores e inquietudes. El nuevo mundo, convulso, a veces desquiciado, demanda un diálogo ejemplar, que es probable que esta vez tenga que clausurar una experta, la ministra de Defensa de España, Margarita Robles, si las circunstancias lo permiten. Buena travesía.