Karl Lagerfeld (Hamburgo, 1933 - Neuilly-sur-Seine, Francia, 2019) solía visitar el Instituto del Traje del Museo Metropolitano de Arte (Met) con asiduidad. Pero según explica el director responsable de esta ala del célebre centro ubicado en la Quinta Avenida de Nueva York, Andrew Bolton, para el llamado káiser de la moda, paradójicamente, la moda no era arte.
“No se cansaba de decir que la moda no pertenecía a un museo. Cuando trabajamos juntos en la exposición dedicada a Chanel [inaugurada en 2005], fue increíblemente generoso con todo lo que nos prestó, pero estaba poco interesado por la exposición. Decía: ‘La moda no es arte; debe estar en la calle, en el cuerpo de las mujeres, en el de los hombres’”. Al famoso modista tampoco le gustaba echar la vista atrás, las retrospectivas y todo eso. “Es muy aburrido”, solía decir.
El creador alemán, uno de los más influyentes y prolíficos de la segunda mitad del siglo XX, que dirigió con mano firme la parte artística de grandes casas como Balmain, Patou, Chloé, Fendi, Chanel y su propia marca, tendrá un sonado homenaje en la Gran Manzana: se convertirá, a los cuatro años de su fallecimiento, en el tema de la clásica exposición que inaugura el Met cada primer lunes de mayo bajo el ala y el celo de Anna Wintour y el imperio Vogue.
De él decían que cuando entraba en una habitación la temperatura bajaba unos grados. Así que no podemos saber si el modista de la coleta, el traje y las gafas oscuras se revolverá en su tumba, pero seguro que disfrutaría con el desfile de vanidades a su mayor gloria que pisaran la imponente alfombra roja desplegada sobre las escaleras del centro de arte con motivo de la gala, a la que como cada año acudirán rostros muy famosos del mundo de la moda y la farándula vestidos para la ocasión.
Amanda Harlech, que trabajó durante mucho tiempo junto a Lagerfeld, es la asesora creativa de la muestra, que llevará por título Karl Lagerfeld: a line of beauty (Karl Lagerfeld: una línea de belleza), siguiendo la teoría de la estética descrita por William Hogarth en su libro Análisis de la belleza (1753). Se centrará en la relación de los bocetos del diseñador y sus creaciones terminadas, y en cómo sus ideas evolucionaron de las dos dimensiones a las tres. “Cada uno de sus vestidos comenzó con un boceto”, comenta Bolton sobre el método de trabajo del diseñador, que solía decir convencido: “Aprendí a dibujar antes que a hablar”. “Pueden parecer encantadores y expresionistas para el ojo de una persona inexperta, pero eran casi matemáticos en su precisión, casi como un lenguaje secreto entre el propio Karl y los talleres”, añade.
La exposición, que se abrirá al público en general el lunes 1 de mayo, incluirá unas 150 piezas que atesoran las cinco firmas por las que pasó Lagerfeld: Balmain, Patou, Chloé, Fendi y Chanel, además de su propia marca homónima. Sin duda se trata de un proyecto faraónico, pues los impulsores de la muestra deberán seleccionar entre las “5.000 y las 10.000” que han recopilado de los archivos de cada maison, además de las que se encuentran en manos de coleccionistas privados y, por supuesto, en el Met. Cada prenda irá acompañada de su respectivo boceto, y habrá además un vídeo con entrevistas muy esclarecedoras con los principales responsables de cada taller, orquestado por el icónico cineasta francés Loïc Prigent, que ya trabajó con la casa Chanel en un documental en 2005.
