El codiciado chocolate de Mercadona que no engorda

La cadena vende más de 8.000 tabletas al día

R.N.V.

El sabor del chocolate deja de asociarse al de las tabletas tradicionales repletas de ingredientes poco saludables, en parte al cambio de hábitos de la sociedad y la mentalidad "healthy" se impone desde hace tiempo. Consumir cacao deja de ser un exceso y ya forma parte de una dieta sana y equilibrada. Ahora la cadena de supermercados valenciana "Mercadona" laza un chocolate que causa furor y vende 8.000 tabletas al día. Su secreto: que "adelgaza".

No hay una fórmula mágica tras el codiciado producto, fue el cambio de concepto que asumieron los consumidores relacionado con el verdadero sabor del cacao y la fuerza con la que el chocolate negro conquista los paladares desde hace años, cuando comenzaron a salir al mercado tabletas de 50% cacao y 60% cacao, con el tiempo llegó el porcentaje del 70% y no hace tanto el 85%.

El azúcar y la leche se desplazan de las tabletas más vendidas y la concentración en cacao sube en la elaboración del producto. El sabor de auténtico cacao es más amargo que el del café y la fuerza de la costumbre está enseñando a la sociedad a entenderlo.

El nuevo "producto estrella" de Mercadona superó el desafío de lanzar al mercado un chocolate con un porcentaje de cacao del 99%. El viejo dicho apunta: "Quien no arriesga, no gana", y el chocolate que no engorda es un claro ejemplo de las verdades que recita el refranero popular.

El auténtico chocolate

Cuando Carlos V bebió un sorbo de ese brebaje amargo, oscuro y espumoso que Hernán Cortés le sirvió a su vuelta del Nuevo Mundo en el S.XVI, el monarca no imaginaba que estaba asistiendo a un momento clave en la gastronomía europea, la llegada de los beneficios del chocolate. Según las crónicas de la época, en el S.XVIII se consumían, solo en Madrid, más de cinco toneladas de chocolate al año.

El primer europeo que probó el «tchocolat» fue Cristóbal Colón. Al manjar se le atribuían cualidades mágicas por sus capacidades energizantes y, según afirmaba la tradición precolombina, también actuaba como un potente afrodisíaco. Moctezuma se bebía hasta 50 tazas antes de yacer con las mujeres de su harem, una costumbre que heredó Hernán Cortés tras su llegada a México. Napoleón, sin embargo, lo consumía la noche antes de librar una batalla para ganar vigor en el combate, un uso que imitaron los soldados americanos en la II Guerra Mundial. Y no fueron los primeros, se tiene constancia de que en 1750 la Royal Navy había establecido que se incluyese una taza de chocolate en las comidas de sus marines.

En el Siglo XVIII el chocolate se vendía en toda Europa en farmacias en forma de jarabes y píldoras cuyo gusto amargo desagradaba a los dolientes. Fue en el S.XIX cuando las grandes fábricas que llegan a nuestros días (Suchard, Lindt, Nestle) decidieron mezclarlo con leche y endulzarlo, así comenzó el crecimiento imparable de la industria del cacao hasta el día de hoy, en el que las piezas se visten de diferentes sabores que consiguen experiencias al gusto de cada consumidor.

Para los ortodoxos, el auténtico chocolate debe ser el más amargo, como la nueva tableta que arrasa en Mercadona mientras que mezclado con leche cautiva a los goloso. El chocolate blanco, por otro lado no es chocolate, no tiene cacao sino manteca mezclada con otros ingredientes como leche condensada.