Las agujetas pueden ser la consecuencia de realizar un entrenamiento al que nuestro cuerpo no está habituado. Pueden empezar a las 6-12 horas después del ejercicio y alcanzan el pico máximo de dolor a las 24-48 horas.

Su origen se debe a la realización de alguna actividad que estimule nuestro cuerpo de una forma diferente a la que estamos acostumbrados o que esos estímulos sean más intensos de lo necesario.

En contra de lo que muchos creen, tener agujetas no tiene que ver con haber hecho un buen trabajo. De hecho no son el reflejo de un buen entrenamiento. Si la intensidad es demasiado elevada, puede desencadenar problemas de salud.

¿Cómo eliminar las agujetas?

Existen pequeños trucos que te pueden ayudar a mitigar o incluso eliminar las agujetas. Estos son los trucos que puedes poner en marcha:

  • Recuperación activa: El ejercicio de intensidad baja aumenta el flujo sanguíneo. Sin embargo, esta mejora es en ocasiones temporal.
  • Inmersión en agua fría: Se ha observado que los baños en agua a una temperatura de 11-15 ⁰C durante 11-15 minutos reduce la sensación de agujetas.
  • Prendas de compresión: Aplicar este tipo de prendas desde la finalización del ejercicio se ha demostrado que puede reducir los síntomas y favorecer la recuperación muscular.
  • Otras metodologías: El masaje deportivo y la liberación miofascial con foam roller.

También puedes poner en práctica alguna medida de prevención para realizar antes de cualquier entrenamiento y la clave está en la aplicación de calor. Un calentamiento adecuado con aplicación local de calor en aquellos músculos que se van a entrenar puede ayudar a reducir posibles agujetas tras el ejercicio.