Las redes sociales se han convertido en una herramienta imprescindible en nuestras vidas. Según los últimos datos proporcionados por el IAB Spain, el 93% de los jóvenes españoles de 12 a 24  años tiene perfil en TikTok, Instagram o Twitter. 

Además, el 95% de los menores de 10 a 15 años ha utilizado el ordenador o la tableta en los últimos meses. Y el 70% de ellos, ya dispone de un dispositivo móvil.

Pero el uso masivo de las redes sociales, y, sobre todo, en niños y adolescentes, ha propiciado la aparición de un nuevo trastorno: dismorfia del selfi.

El trastorno dismórfico corporal (TCD) es la obsesión excesiva y desproporcionada por la apariencia física, y se agrava con el uso de los filtros que se utilizan, por ejemplo, en aplicaciones como Instagram o TikTok.

Según explica un estudio de la Universidad Católica de Chile:

  • "Estos potenciales pacientes frecuentemente consultan a dermatólogos y cirujanos plásticos, con la idea de mejorar sus defectos físicos”.
  • "Los defectos que son objeto de preocupación son distintos, dependiendo del país y cultura. Porque los factores socioculturales juegan un rol importante en el desarrollo del TDC".
  • "La raíz está en que los medios de comunicación promueven el ideal de cuerpo perfecto y la satisfacción por la imagen corporal, y en la sociedad actual eso se ha transformado en un objetivo fundamental".
  • "La consecuencia más grave es que esa preocupación se puede convertir en patológica cuando alcanza límites irracionales".

Mireia Cabero Jounou, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), señala que "las redes sociales, junto con la publicidad, son los medios que más favorecen la exposición pública de cuerpos y la categorización de estos. Y funciona bien esta categorización porque de alguna manera hemos sido sus consumidores pasivos y la hemos llegado a normalizar".

Los adolescentes son los más vulnerables para sufrir trastorno dismórfico corporal Maksym_Azovtsev

Pero la búsqueda de la perfección propiciada por estos filtros muy populares en las redes sociales, y que ofrece una imagen irreal, ha provocado un aumento de consultas para realizarse retoques estéticos.

Como deja demostrado la investigación, existe diferencia en la parte del cuerpo afectada según el sexo:

  • "En las mujeres son los pechos, los muslos y las piernas, las zonas de mayor preocupación.
  • En cambio en los hombres predomina la atención a los genitales, la masa muscular y el pelo".

Por ello, Cabero puntualiza que las fotografías en las redes sociales no son un reflejo de nosotros mismos

  • "Son nuestras mejores fotos en nuestros mejores momentos y en las mejores posiciones, lo que hace que tomemos una dimensión diferente de nuestros cuerpos".

Dismorfia del selfi: Síntomas y tratamiento

Como ya se ha comentado, los adolescentes son los más vulnerables a este nuevo trastorno, que tendría como síntomas capaces de encender las alarmas, los siguientes:

  • Inseguridad.
  • Baja autoestima.
  • Comparación con los demás.
  • Mirarse compulsivamente en el espejo.
  • Uso excesivo de maquillaje.
  • Aseo desmedido.

Tal y como explica Montserrat Lacalle Sisteré, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, “en esta etapa es básica la comparación con otros”.

Aprender a aceptarse es vital, y las redes sociales en este sentido solo traen insatisfacción

  • "Buscas grupos de iguales, buscas tu lugar. Los referentes externos son muy importantes. Si en esa búsqueda tienes referentes que no son reales, estamos perdidos: te comparas con algo que no existe y tu nivel de exigencia es tremendo". 

Y la dismorfia del selfi puede empeorar, aún más, los casos de TDC. "Porque nos muestran como un ideal algo que no es perfecto, sobre todo porque no es real. No me estoy comparando con la modelo de cuerpo perfecto, sino con un montaje de Photoshop".

Y al final las cosas se complican tanto en el interior de nuestras cabezas, que el trastorno dismórfico corporal acaba necesitando de la ayuda de un profesional con el que se puede trabajar la aceptación de uno mismo.

La intervención de un psicólogo es clave para ganar autoestima y autopercepción.

  • "Tenemos la responsabilidad social de proteger a los adolescentes. Aprender a aceptarse es vital, y las redes sociales en este sentido solo traen insatisfacción. Hay que cuidar la salud mental y aprender a gestionar los conflictos viendo las redes sociales como lo que son, un mundo de apariencias·".