No cortar el pelo a los bebés intoxicados para no destruir pruebas. Este fue el consejo que recibieron en el Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo los padres de tres de los seis menores sedados en una guardería de Navia con algún tipo de tranquilizante que contenía benzodiacepina, y que ayer prestaron declaración judicial como testigos y perjudicados. El análisis del pelo de los niños, según se les informó, resulta vital para descubrir durante cuánto tiempo se les suministraron los ansiolíticos y en qué cantidad.

El testimonio judicial de los progenitores comenzó cinco días después de que la juez dejara en libertad sin fianza pero con cargos a la única imputada hasta la fecha, la ex cuidadora del centro infantil que fue despedida tras los ingresos de los menores en Urgencias del Hospital Xeral y que llevaba sólo dos semanas trabajando en la guardería A Camelia en sustitución de otra empleada de baja médica.

Los padres citados ayer revivieron lo ocurrido el 12 de marzo y relataron al funcionario judicial -ni la juez ni el abogado defensor de la ex cuidadora estuvieron presentes, pero sí el letrado de la guardería que se ha personado en la causa- los síntomas que apreciaron en sus hijos cuando los recogieron en la escuela infantil el viernes 12 de marzo y que aconsejaron su ingreso en el Hospital Xeral. También relataron algunos síntomas que presentaron en días anteriores y que hicieron que los llevaran a sus respectivos pediatras sin que detectaran la intoxicación.

Las declaraciones judiciales continuarán en los próximos días con el testimonio de los demás padres de bebés sedados y con el de los progenitores de menores del mismo aula que dieron negativo a la benzodiacepina en los análisis de orina cuando, alertados por el centro, acudieron al hospital para que se les realizaran las pruebas.

Uno de los relatos más duros es el de los padres de un niño de 7 meses, y a los que los médicos y la Policía ya "ponían contra las cuerdas" como sospechosos de haberle suministrado ansiolíticos.