El conselleiro de Educación, Jesús Vázquez Abad, aseguró hoy sentirse "plenamente respaldado y avalado" para aprobar el decreto del gallego, algo que tendrá lugar "en próximos días", tanto por el resultado electoral como por el proceso de diálogo abierto con la sociedad. Frente a esta actitud del Gobierno autonómico, PSdeG y BNG apelaron a lograr que el Día das Letras Galegas (17 de mayo) sea una fecha para la defensa de la lengua.

Durante el debate de una interpelación, el conselleiro insistió en que no se siente "solo" en su "apuesta por el plurilingüismo", dado que "son más" los colectivos que respaldan a la Xunta que los que se oponen al decreto. "Nuestra postura está legitimada", enfatizó, no sin lamentar no haber podido consensuar el texto con los grupos de la oposición, de los que opinó que "están más interesados en desgastar al Gobierno y en la imposición que en el gallego".

Tras esto, aconsejó a socialistas y nacionalistas que "escuchen" a la sociedad o, de lo contrario, seguirán "mucho tiempo" en la oposición. "Estoy convencido de que, hasta gente que va en sus listas, acabará votando al PP por su política lingüística", interpretó, tras pedir a las dos formaciones que "se sumen al futuro, al plurilingüismo".

Al conselleiro se sumó el diputado del PPdeG Agustín Baamonde, quien censuró el "afán de exaltación lingüística" de PSdeG y BNG y juzgó que "la cercanía" al 17 de mayo "dispara las nostalgias de la oposición" sobre "el día de la patria bipartita". Por su parte, el impulsor de la interpelación, el socialista Guillermo Meijón, espetó a los 'populares' que "su día de la patria" es el 18 de julio, en alusión al golpe de Estado franquista.

En cuanto al decreto, tanto Meijón como la diputada nacionalista Carme Adán reprobaron la falta de consenso con que saldrá adelante y recordaron "el desprecio" que la Xunta brindó al Consello da Cultura Galega (CCG), la Real Academia Galega (RAG), el Consello Escolar de Galicia y diversos sindicatos, colectivos y asociaciones de madres y padres, además de la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp), por su oposición.

50 MODIFICACIONES ACEPTADAS

Por su parte, el titular de Educación aseguró "respetar" las opiniones de todos los colectivos e instituciones y, como prueba, esgrimió que se llevaron a cabo un total de 50 modificaciones en el texto original del decreto.

Al hilo de ello, replicó al BNG que "tampoco" escuchó a la RAG cuando dijo que "era Galicia y no Galiza" ni al académico Xesús Alonso Montero cuando alertó de riesgo de "ahogar al gallego". Tampoco atendieron, según Vázquez Abad, cuando se aclaró que el uso de los idiomas "no depende de los gobiernos, tal y como quieren hacer ver los colectivos anti este gobierno".

Ante esto, Meijón recordó que la Xunta "tendría que retirar el decreto" y el conselleiro "presentar su dimisión" después de que el Consello Escolar aprobase por mayoría una enmienda a la totalidad. "Esto evidencia su gran mentira sobre el consenso, sólo pretende imponerlo a cualquier precio", denunció, y apostilló: "sólo quiere aparentar".

Finalmente, advirtió a Vázquez Abad de que tendrá que seguir el dictamen del Consello Consultivo en caso de que "se indique la ilegalidad de varios artículos". "Si no, lo que ocurrirá el 17 de mayo será un cuento chino comparado con lo que va a pasar", amenazó, tras anticipar una "gran movilización" el Día das Letras Galegas.

EL GALLEGO, "PROSCRITO"

El debate sobre las lenguas continuó con otra interpelación que sacó adelante el parlamentario nacionalista Bieito Lobeira, quien acusó al PP de "imponer el castellano desde su llegada a la Xunta" y de dedicarse a recuperar "los prejuicios de que el gallego no vale".

Tras denunciar que el Ejecutivo autonómico trata de "reproducir los peores esquemas de autoodio" por su "síndrome de Michael Jackson", criticó que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, llegó al "extremo vomitivo de prostituir la memoria de Castelao al traducirlo al castellano".

"No tienen derecho a convertir el gallego en un idioma proscrito en su país", remarcó, y girándose hacia el vicepresidente de la Cámara, José Manuel Baltar, advirtió que "en el PP ya no quedan galleguistas, sino tan solo arribistas, porque no están dispuestos a jugarse ni su nómina" por defender la lengua.

En su turno de réplica, el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, criticó el tono "bélico" utilizado por el nacionalista y reafirmó el "galleguismo" del PP. "Somos galleguistas, a mucha honra, pero defendemos el derecho a eligir", reivindicó, y se mostró partidario de "un bilingüismo integrador basado en la convivencia y en la defensa de la libertad".

Así, apostó por poner en marcha "medidas en positivo" como "la mejor estrategia" para la "plena normalización" de la lengua y rechazó optar por "la confrontación". Tras criticar las "descalificaciones" vertidas por Lobeira, consideró que el Días das Letras Galegas sería "una buena fecha" para que su grupo se ponga "con la mayoría" y se pueda, de este modo, "volver a la senda de la coexistencia".

DIA DE "COMBATE"

Por su parte, el diputado del PSdeG Francisco Cerviño lamentó que el 17 de mayo vuelva a tener "un carácter reivindicativo y de combate" porque la sociedad vuelve a tener la percepción, como en el franquismo, de "tener que luchar por el gallego" porque la Xunta "no cumple con su obligación de defenderlo".

Al contrario, según su opinión, la ciudadanía opina que el Gobierno autonómico está "desmantelando" la protección y promoción de la lengua propia y, en esta línea, auguró que el decreto "acelerará la muerte del gallego". "*Y cómo llamaríamos a quien manda derrumbar el Pórtico de la Gloria?", cuestionó, parafraseando a Castelao, para concluir que igual de "bárbaro" es quien "destruye el idioma" y tildar de "bárbaro" a Feijóo.

Finalmente, Bieito Lobeira coincidió con Cerviño en que habrá una gran movilización en la Alameda de Santiago para reivindicar la importancia del Día das Letras Galegas y contrapuso esta manifestación con la que protagonizaron dirigentes del PP "de ganchete" con la líder de UPyD, Rosa Díez, contra el anterior decreto.

En su último turno, Alfonso Rueda lamentó que los grupos de la oposición vean el 17 de mayo como una fecha de "combate" y no como "una festividad" para ensalzar a los literatos gallegos. Dirigiéndose a los escaños socialistas, lamentó que no hayan podido "liberarse" del Bloque en el ámbito lingüístico, porque su amor, advirtió, "no es correspondido".