Cuando quienes tienen problemas para controlar sus esfínteres son los niños, los médicos hablan de enuresis. Una patología que afecta al 15% de los pequeños de más de cinco años y que desciende progresivamente hasta quedarse en un 2% durante la adolescencia. Lejos de tratarse de un problema aislado, el Materno Infantil de A Coruña atiende a un centenar de pequeños al año con este problema —una media de 15 pacientes cada semana— a los que habría que sumar quienes acuden a los médicos de Atención Primaria.

Los expertos aseguran que antes de los cinco años no puede hablarse de enuresis sino simplemente de "un retraso en la maduración de la vejiga". Pasada esta edad, que el niño siga orinándose en la cama obedece a tres causas. Puede ser que sufra una disminución en la segregación de la hormona antidiurética, una alteración de la maduración de la vejiga que causa cierta inestabilidad o que tenga una alteración del sueño que le impida despertarse cuando tiene ganas de ir al baño. El tratamiento farmacológico es una de las soluciones a este trastorno. Desde que el pequeño inicia la terapia hasta que deja de mojar las sábanas pasan una media de ocho meses.