La convivencia en pareja es más beneficiosa para los hombres que para las mujeres, al menos si se considera como parámetro la duración de la vida. Hasta ahora diversos estudios habían mostrado que los hombres con esposas bastante más jóvenes que ellos viven hasta una edad más avanzada que los hombres casados con mujeres de su misma edad.

Y de ahí se había inferido que las mujeres casadas con hombres más jóvenes que ellas también deberían vivir hasta una edad más avanzada que las mujeres casadas con hombres de su misma edad. Sin embargo, un nuevo análisis ha mostrado que no es así. Por el contrario, cuanto mayor es la diferencia de edad de la mujer con respecto a la del marido, menor es la expectativa de vida de la mujer. Sucede tanto si la diferencia es por ser ella más joven que su marido como por ser mayor que él. Lo que cuenta es la diferencia y cuanto mayor, peor.

El riesgo de mortalidad de un marido que tiene en torno a 8 años más que su mujer se reduce en un 11%, en comparación con parejas en las que ambos cónyuges tienen la misma edad. Por el contrario, un hombre muere más tempranamente de lo esperable cuando es más joven que su esposa.

Convencionalmente los científicos pensaban que estos datos eran aplicables a ambos sexos. Y por eso asumieron que se producía un efecto denominado "selección de salud": en la mayoría de los casos, quienes tienen cónyuges más jóvenes es porque están mejor conservados, porque están más sanos o porque tienen mayor poder económico, lo cual también les permite cuidar mejor su salud.

Debido a su mejor salud tienen, obviamente, una expectativa de vida mayor. También se pensaba que un cónyuge más joven tiene efectos positivos de tipo psicológico y social en un cónyuge más viejo, y puede proporcionar a éste mejores cuidados en la vejez, ayudándole por tanto a prolongar su vida.

Sin embargo, "ahora, estas teorías deben ser reconsideradas", sostiene Sven Drefahl, del Instituto Max Planck para la Investigación Demográfica, con sede en Rostock, Alemania, "ya que todavía no están claras las razones de las diferencias en la mortalidad a causa de la diferencia de edad de los cónyuges".

Utilizando datos de casi dos millones de parejas danesas, Drefahl fue capaz de eliminar las deficiencias estadísticas de investigaciones anteriores, y mostró que la mejor opción para una mujer es casarse con un hombre de exactamente su misma edad. Un esposo mayor acorta su vida y uno menor lo hace aún más.

Según los resultados del estudio de Drefahl, la mujer que se casa con un marido 8 años menor que ella, incrementa su riesgo de mortalidad en un 20%. Por eso, la llamada "selección de salud" no puede explicar la diferencia en el riesgo de mortalidad de las mujeres. Aunque muchos estudios sobre selección de pareja muestran que las mujeres prefieren mayormente a un hombre de su misma edad, la mayoría de ellas termina con un marido que les supera en años. En EEUU, el novio, al casarse, tiene como promedio 2,3 años más que la novia. "Obviamente no es que las mujeres no puedan encontrar cónyuges más jóvenes; la mayoría simplemente no lo desea", explica Sven Drefahl.

Pero, ¿por qué un marido joven acorta la vida de una esposa mayor que él? Según Drefahl, una de las pocas explicaciones posibles es que las parejas con maridos más jóvenes que las esposas violan la norma social de que el marido debe ser mayor que la esposa y por tanto sufren a causa de las sanciones sociales que reciben.

Casarse con un esposo más joven se sale de lo que se considera como normal y por eso estas parejas podrían ser consideradas como ajenas a los círculos sociales y recibir por eso menos apoyo social. Esto podría conducir a una vida menos placentera y más estresante, reduciendo así la salud y, finalmente, incrementando la mortalidad.

Aunque el nuevo estudio muestra que las mujeres tienen desventaja cuando no son de la misma edad que sus maridos, no es cierto que casarse sea desfavorable en general. Estar casado eleva la expectativa de vida tanto del hombre como de la mujer sobre los solteros. Además, las mujeres suelen vivir más que los hombres. Mundialmente su expectativa de vida supera a la de los hombres en varios años.

Por otra parte, en la selección de pareja a los hombres se los valora en función de los recursos que pueden aportar. Según las investigaciones de Daniel Kruger, de la Universidad de Michigan (EEUU) cuánto mayor es la brecha entre ricos y pobres, mayor es también la posibilidad de que los hombres mueran jóvenes.