Un exoesqueleto desarrollado por una empresa israelí permitirá a una gran parte de lesionados medulares poder levantarse de la silla de ruedas, caminar e incluso subir y bajar escaleras, lo que supondrá un importante salto cualitativo, tanto psicológico como físico, para la salud de estas personas. Así lo aseguró ayer el representante de la empresa, Enric Ordóñez, durante la presentación del Rewalk, un exoesqueleto -esqueleto mecánico externo al cuerpo- equipado con un software de última generación para ayudar a los lesionados medulares a volver a caminar.

El Rewalk ha sido diseñado para que las personas con una lesión medular recuperen parte de su autonomía y movilidad y como un complemento de la silla de ruedas, además de poder utilizarse en la rehabilitación de los enfermos durante su estancia en hospitales. La presentación del exoesqueleto se celebró ayer en la Fundación Step by Step, en L'Hospitalet de Llobregat, y es fruto del impulso del arquitecto Frederic Crespo, quien sufrió un accidente de tráfico hace unos seis años que le produjo una lesión medular a raíz de la cual se ve obligado a moverse en silla de ruedas.

Ante un ansioso público formado por varios lesionados medulares en silla de ruedas y sus familiares, la presentación del Rewalk fue a cargo de uno de los miembros de la empresa israelí, Radi Kaiof, que además es parapléjico, en un acto que dio esperanza y también ha suscitado preguntas a muchos de los asistentes. Uno de los interrogantes se centraba en el precio del nuevo artilugio que, en su versión institucional, dirigida a hospitales y centros de rehabilitación, costará unos 100.000 euros, ya que se podrá adaptar a diferentes alturas y peso de los usuarios, y, en su versión particular, se espera que cueste unos 50.000 euros, aunque estas cifras no son definitivas, indicó Ordóñez.

El Rewalk consiste en unos soportes motorizados colocados a lo largo de las piernas, sensores en el cuerpo y una mochila para transportar las baterías recargables, con unas ocho horas de autonomía, explicó el vicepresidente de desarrollo de la compañía israelí en Europa, John Frijters. El usuario del nuevo ingenio elige "qué hacer" desde un control remoto que se sitúa en la muñeca, y ordena cuando pararse, sentarse, caminar, bajar o subir escaleras, y el equipo hace el resto activando los sensores del cuerpo y poniendo en marcha las piernas robóticas. Todo ello se completa con unas muletas que proporcionan equilibrio al usuario, que puede aprender a llevar el nuevo aparato en unas quince sesiones en función de sus habilidades.

No todos los lesionados medulares podrán utilizar este exoesqueleto, alertó Frijters, y precisó que las condiciones son una presión sanguínea normal, una densidad ósea adecuada y una altura de entre 1,60 y 1,90 metros y unos cien kilos de peso, además de la capacidad cognitiva necesaria para poder utilizarlo. En la actualidad, una treintena de usuarios de sillas de ruedas ya prueban este nuevo ingenio tecnológico en Italia, Estados Unidos e Israel, a los que se espera que se puedan añadir españoles en los próximos meses. Según Frijters, estos usuarios han mejorado notablemente su calidad de vida, ya que poder caminar ha disminuido sus problemas intestinales y de presión sanguínea, sus infecciones urinarias y su dolor.