Dice tener 14 años y confiesa: "Ser ana y ser mia no me hace feliz. Cuando como y luego no puedo vomitar me castigo, me doy puñetazos en el estómago o me corto". Es el testimonio de una joven a través de un blog proana y promia. La primera palabra agrupa a las personas que eligen la anorexia como "estilo de vida" (sic). La segunda, a las que optan por la bulimia. Su proliferación en los últimos años en blogs se ha traspasado a redes sociales como Twitter a la que el Ministerio de Sanidad acaba de solicitar que "aísle" aquellos perfiles que fomenten ambos trastornos alimenticios. Psicólogos gallegos creen que la propuesta del Gobierno podría ser beneficiosa, pero dejan claro que también es primordial incrementar los servicios asistenciales de carácter psicológico.

"Al mismo tiempo que da el toque de atención a las redes sociales, la ministra debería dar alternativas explicando los servicios que hay o anunciando un incremento de los mismos así como de profesionales. Eso sería más completo", explica Esteban Gómez, catedrático de Psicología Clínica de la Universidade de Santiago.

Por su parte, en Twitter, se libra ya una batalla. Mientras algunos internautas cooperan en la detección de cuentas proanorexia y probulimia; los proana y promia les devuelven la moneda denunciándolos a Twitter. Proana y promia usan esta red para comentar o enlazar a blogs donde narran su experiencia. En algunas páginas, incluso recomiendan "trucos" como "si quieres comer, coge fotos de gente que admiras por estar delgada y mírate en el espejo, compárate, busca siete errores en tu cuerpo" o "sal a la calle con el dinero justo, así no podrás gastarlo en comida" además de "compra prendas de talla menor, así te motivarás para caber en ella" o "si hay comida familiar, no comas el día anterior".

Desde las redes sociales, blogs y foros, estas personas proana y promia fijan su objetivo en ser una princesa y niegan tener anorexia o bulimia. Por princesa, algunas entienden "ser delgada sin llegar a extremos y no obsesionarse con un peso excesivamente bajo" además de "cultivar la mente". Como añadido, en un blog, se muestra una tabla con el peso mínimo "al que se puede llegar sin enfermar" apuntando el límite de 46 kilos para una estatura de 1,60 metros.

Las opiniones de las proana o promia, a veces, van más allá de los consejos. "Antes muerta que gorda", escribe una joven. "Cuando uno llega a ese nivel, con esa expresión, sería ya un caso preocupante. Es una manifestación depresiva. No está contenta consigo misma; puede tener incluso ideas suicidas", explica el catedrático gallego Domingo Esteban Gómez.

El fin de las proana y promia es la "perfección", ser una "princesa". "En la búsqueda de esa perfección, añade Esteban Gómez, de un objetivo que puede ser encontrar un compañero o compañera puede dejar parte de su salud o la salud completa. Hay personas que siguen al pie de la letra un autocontrol que lleva a nocivas consecuencias".

La modelo Isabelle Caro; la cantante Karen Carpenter o la maniquí brasileña Ana Carolina Reston son tres casos de mujeres con anorexia que fallecieron debido a complicaciones de su enfermedad.

A pesar de estos antecedentes, promia y proana prosiguen su camino. "Me han ofrecido terapia -comenta una adolescente en un blog- pero la he rechazado. A veces, mi madre me obliga a comer, luego voy a vomitar pero últimamente no lo he conseguido".

"Cortarse es efectivo por haberte rebelado en mi contra y haber comido y entonces tengo una venda en mi muñeca izquierda. Tengo exactamente 24 cortes de cuchillas", señala otra joven en uno de las páginas webs que sirve de foro para personas con trastornos de este tipo.

La ministra de Sanidad y Consumo, Leire Pajín, confía en que los responsables de Twitter encontrarán "un mecanismo de autorregulación" que posibilite un equilibrio entre la libertad de expresión y el aislamiento de perfiles que fomentan en la Red la anorexia y la bulimia. Pajín recordó que la petición que el Gobierno ha realizado a esta red social responde a una iniciativa ciudadana que reclamaba al Ministerio que actúe ante la proliferación de mensajes en Twitter en favor de la anorexia.

Desde Sanidad se actuó de dos formas: pidieron a Twitter que use todos los mecanismos que estén en su mano para que aísle de forma clara estos perfiles y acudieron a la Unidad de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil. En este sentido, Pajín mostró su confianza en que Twitter "encontrará ese equilibrio entre la libertad de expresión y el aislamiento de este tipo de perfiles".

También la titular de Sanidad ha confiado en la "fuerza de la Red" para que se aísle este tipo de perfiles. "Siempre he creído que las nuevas tecnologías y las redes sociales son una fabulosa herramienta de comunicación e información pero también pueden ser utilizadas con objetivos nocivos para la sociedad y para la salud de los ciudadanos", señaló, antes de apuntar que en este último caso "debemos actuar".

Finalmente, la ministra de Sanidad hizo un llamamiento a los usuarios de la Red para que "convirtamos esta maravillosa herramienta" en algo positivo y se evite que sea utilizada para objetivos nocivos de la sociedad.

Muchos usuarios de Twitter tomaron nota de la petición del Gobierno y ayer mismo denunciaban perfiles en los que se hace un fomento de la anorexia o la bulimia.