Las universidades gallegas percibirán más financiación si lideran campus de excelencia, por la calidad docente que acrediten, los recursos externos que sean capaces de captar al margen de partidas públicas, su presencia internacional a través de producción científica de nivel y la aplicación de su investigación en empresas, para que los avances en laboratorio generen riqueza en la comunidad, también llamado transferencia de conocimiento.

Estos son los cinco criterios para el reparto de las transferencias públicas "por resultados" de las instituciones académicas gallegas, aprobados ayer por el pleno del Consello Galego de Universidades como adenda al Plan de Financiación del Sistema Universitario de Galicia 2011-2015. Las universidades de Santiago y Vigo aceptaron el reto sin reservas, aunque con alguna diferencia en los cálculos de los indicadores. Ambas tienen campus de excelencia, lo que supone un plus sobre A Coruña, y tanto sus indicadores de captación de recursos externos, producción científica o transferencia alcanzan un puesto medio en los rankings universitarios nacionales.

La única institución que votó en contra fue la coruñesa. ¿Por qué? "Para que quede constancia de que no concordamos con muchos de los pasos que se hicieron", explica el rector de A Coruña, José María Barja, quien recuerda que la institución coruñesa ya se abstuvo en la votación del plan de financiación. El rector de la UDC lamenta que las negociaciones se hayan centrado en "pulir detalles" en detrimento de un "análisis global" en el que esperaba que se tuviesen en cuenta "las diferencias históricas". "La UDC parte de déficits estructurales que nos condicionan mucho", afirma Barja, que critica que no se haya tendido hacia el "equilibrio" entre las tres instituciones, como ha reclamado durante toda la negociación. El rector coruñés recuerda que la entidad que lidera partía con el menor de los tres porcentajes en el reparto de fondos del Gobierno autonómico (26%), ya que, aunque Vigo estaba muy cerca (29%), recibía "un poco más".

Para Salustiano Mato, rector de Vigo, la aprobación de los criterios supone, no obstante, "un cambio de paradigma hacia la eficiencia, siendo necesario tener resultados para recibir fondos". "Por fin se concretó que una parte del presupuesto, aunque sea pequeñita y tímida, se distribuya por resultados; el porcentaje irá creciendo hasta un 20% en 2015", argumentó.

En 2012, y por primera vez, las tres universidades se repartirán una parte de la financiación en función del balance que presenten de su actividad, de lo bien que lo hagan, con datos y con cuentas. Empezarán repartiéndose solo un 5% del presupuesto total. En 2015, será un 20% de 290 millones de euros, mientras que el 80% seguirá concediéndose a UDC, USC y UVigo por criterios históricos. Es decir, el fondo fijo todavía tendrá el mayor peso.

En cuanto a los criterios: la financiación por resultados valorará los campus de excelencia internacional, repartiéndose a partes iguales entre las que obtengan la consideración de universidad coordinadora y en la captación de recursos externos la distribución se hará de modo directamente proporcional a la cantidad obtenida por cada institución en relación al Personal Docente Investigador de cada una. El tercer criterio se refiere a la internacionalización y valorará el output o producción científica del Informe Anual Scimago World Report; el cuarto, a la transferencia de conocimiento y, el quinto, a la calidad docente, en base a las transferencias corrientes por estudiante matriculado de primer y segundo grado.

Fusión de departamentos

Cada universidad gallega se compromete también a ahorrar y a ser más eficiente y austera. Y el reto consta por escrito, en el propio plan de financiación para los próximos cuatro años, con un "decálogo de racionalización": diez medidas para un uso apropiado de los recursos. "Racionalizar personal y alumnado hasta 2015 y controlar el gasto corriente, además de hacer inventario del equipamiento científico para un uso compartido mediante comisión interuniversitaria". Estas son algunas de las medidas de ahorro según enumeró ayer la Consellería de Educación.

Se incorpora también "la fusión de departamentos en campus centrales estableciendo un tamaño mínimo por departamento, con reducción de complementos y cargos y, al mismo tiempo, la creación de otros departamentos en campus periféricos para ahorrar en tiempo, dietas, kilometraje". Además, concentrar los asuntos de gestión compartida entre las tres universidades en un único ente y emplear más las nuevas tecnologías y el formato digital.

El Ministerio de Educación acaba de conceder al Campus Vida de la Universidade de Santiago, que recibió la primera certificación de excelencia internacional en 2009, "la recualificación como Campus de Excelencia Internacional de referencia global". Alcanzó la máxima puntuación y supone un paso más, como sello de calidad, para convertirse en "un verdadero bioclúster de referencia internacional en ciencias de la vida, desde investigación biomédica hasta química molecular y materiales.

El Campus Vida contaba, hasta ahora, con el certificado de Excelencia Internacional de ámbito regional (CEIR), el mismo nivel que ostenta en la actualidad el Campus del Mar de Vigo, en el que participa la Universidade da Coruña. Miembros de la USC presentaron ayer el nuevo escalón del Campus Vida en Santiago en un acto público para celebrar el ascenso. Tanto el proyecto de Santiago como el de Vigo son un plus en la financiación por resultados que estrena el Sistema Universitario de Galicia (SUG). Por su parte, la Universidade da Coruña presentó el pasado mes de abril el Campus T: Campus de Excelencia Internacional en Ingeniería, Construcción y Urbanismo Sostenible. El proyecto, que había sido rechazado en la anterior convocatoria, se presentaba después de haber sido revisado e incorporar las modificaciones sugeridas por el Ministerio de Educación. Aun así, no fue escogido para pasar a la última fase.

El Campus Vida, tras dos años de actividad, cuenta ya con más de 30 socios y recibe esta condecoración tras ampliar sus capacidades de innovación e impacto transacional con la integración de dos centros de investigación (Ibiv e Inibic) de los hospitales de A Coruña y Vigo, a los que se suma la creación del clúster empresarial biotecnológico Bioga.