Solo durante el pasado año, los médicos del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) atendieron más de mil nuevos casos de ictus, una media de tres cada día. Aunque el centro coruñés proyecta poner en marcha una unidad específica para el tratamiento de esta dolencia, por el momento sólo el Hospital Clínico de Santiago (CHUS) tiene una, en funcionamiento desde 2003. Su coordinador, Miguel Blanco González, sostiene que la comunidad gallega necesita, como mínimo, tres unidades y dos equipos específicos para abordar esa patología, y recuerda que el tratamiento precoz - "las cuatro primeras horas y media son primordiales", subraya- es fundamental para la supervivencia y la recuperación de los pacientes.

-¿Qué es el ictus y por qué se produce?

-El ictus es una patología neurológica brusca debida a una alteración en la circulación sanguínea del cerebro, bien porque se obstruya un vaso y se quede sin riego sanguíneo, o porque se rompa y haya una hemorragia cerebral.

-¿Cómo se manifiesta?

-El ictus no avisa, pero hay cinco tipos de síntomas que indican, inmediatamente, que algo ha pasado en nuestro cerebro: debilidad en un lado del cuerpo, pérdida de visión, alteraciones en el lenguaje (dificultad para hablar o de comprensión), adormecimiento de una parte del cuerpo o dificultad para mantener el equilibrio. Ante cualquiera de estas señales, hay que ir inmediatamente al hospital y, si al final es otra cosa, mejor. Pero vale más pecar de exceso, que de defecto.

-¿Cuáles son las principales causas del ictus?

-La más frecuente es la arterioesclerosis (endurecimiento de las arterias), por lo que conviene evitar factores de riesgo como el colesterol, el consumo de tabaco y alcohol, el sedentarismo y la hipertensión. Otra posible causa es la fibrilación auricular, muy frecuente en mayores de 70 años (y, sobre todo, en mujeres) que, si no está tratada, tiene un alto riesgo de producir coágulos en el corazón y de que éstos se trasladen al cerebro.

- Si las enfermedades asociadas a la edad suelen estar detrás del ictus, no es de extrañar que Galicia sea la comunidad española con más muertes por accidentes cerebrovasculares.

-Galicia tiene una población muy envejecida, pero también influyen otros factores, como la dispersión poblacional o el estado de nuestra red viaria, que tienden a dificultar que los pacientes lleguen antes al hospital.

-¿Cuál es el tiempo máximo que puede pasar desde que un paciente sufre un ictus hasta que llega al hospital para que no le queden secuelas?

-Depende de cada caso, pero las primeras cuatro horas y media son primordiales ya que, si se administra rápido el tratamiento, las posibilidades de supervivencia y recuperación son muy altas. Sin embargo, sólo uno de cada cinco pacientes llega al hospital en este intervalo de tiempo.

-Para agilizar el tratamiento, la unidad que usted coordina se guía por un protocolo, el llamado 'Código Ictus'. ¿En qué consiste?

-En coordinar los distintos servicios de urgencias para agilizar la atención de los pacientes que llegan al hospital tras sufrir un ictus. Con este objetivo, la Unidad de Ictus del CHUS ha puesto en marcha, en colaboración con las urgencias de los hospitales de Barbanza (A Coruña) y O Salnés (Pontevedra), un servicio de telemedicina que, mediante videoconferencia, nos permite administrar el tratamiento a los pacientes durante la primera hora y, una vez estabilizados, trasladarlos en UVI móvil hasta Santiago para continuar su recuperación.

-El CHUS es el primer hospital gallego que aplicó el 'Código Ictus' y también el único que cuenta con una unidad específica para el tratamiento de esa dolencia. ¿Es suficiente o debería haber un servicio de ese tipo en cada área sanitaria?

-Una sola unidad no puede tratar, de forma específica, a todos los pacientes con ictus de Galicia. Desde mi punto de vista, debería haber, como mínimo, tres servicios de ese tipo en los hospitales con mayor volumen de pacientes y dos equipos, con menor infraestructura, en otras dos grandes áreas sanitarias de la comunidad gallega.

-Harían falta por lo menos tres unidades en Galicia, pero de momento sólo hay una. ¿Es por falta de recursos?

-No es un problema de coste, sino de organización.

-Aparte de crear más unidades específicas, ¿cuáles son los principales retos para mejorar el tratamiento del ictus en Galicia?

-De cara al futuro más inmediato, hay que tratar de superar las barreras de las áreas sanitarias y lograr que los profesionales sanitarios de todos los hospitales gallegos interactúen a través de la telemedicina.